«Los jóvenes son los soñadores, emprendedores y pensadores del mañana: los líderes del futuro. Imagínese todo lo que crearán: inventos, grandes avances, nuevos medicamentos, nuevas formas de transporte, nuevos medios de comunicación, economías más sostenibles y, posiblemente, incluso un mundo en paz. Tienen nuestro futuro común en sus manos».
Henrietta Fore,
Directora Ejecutiva de UNICEF
Actualmente, hay más jóvenes de entre 15 y 24 años que nunca antes en la historia. Juntos, representan el 16 % de la población mundial. Con tantas energías e ideas, muchos pueden desarrollar sus habilidades, disfrutar de la vida y contribuir a la sociedad. Sin embargo, otros enfrentan un futuro incierto.
Todos los meses, diez millones de jóvenes alcanzan la edad de trabajar, pero no hay suficientes empleos para todos ellos. De hecho, los jóvenes tienen el doble de probabilidades de estar desempleados que los adultos. Otras presiones podrían incluir la falta de educación, la pobreza, el matrimonio prematuro, los conflictos, la corrupción, la incertidumbre política y la degradación medioambiental.
Los jóvenes tienen el talento y la creatividad para encontrar nuevas soluciones a los problemas, construir la paz, actuar para ayudar a los demás e inspirar el cambio político. Sin embargo, para desarrollar su pleno potencial, necesitan apoyo y oportunidades.
La historia de Tiffany
Para Tiffany, la oportunidad de obtener una buena educación se le estaba escapando de las manos. Gracias a los enormes esfuerzos y dedicación de su tío, había concluido la enseñanza primaria y dos años de la secundaria. De pronto, su tío perdió su empleo y no pudo seguir apoyándola. «Me dio mucha pena saber que tendría que abandonar la escuela», dice Tiffany. «Sentí que mis posibilidades de ir a la universidad y de tener una carrera se desvanecían».
Alrededor de la mitad de las niñas en Malaui terminan la enseñanza primaria, pero solo una de cada cinco concluye la enseñanza secundaria. Entre las razones, que son numerosas, se incluyen la pobreza, la necesidad de que ayuden en las tareas domésticas, la distancia a las escuelas y el matrimonio prematuro. Algunas niñas dejan de ir a la escuela cuando les llega el período, especialmente si no hay baños adecuados. Si una familia no puede permitirse mandar a todos sus hijos a la escuela, lo normal es que se les dé la prioridad a los hijos varones.
Cuando Tiffany recibió una beca para continuar con su enseñanza escolar, estaba dichosa. Actualmente, estudia ciencias políticas en la universidad. «Aún no he decidido qué haré cuando me gradúe. Posiblemente, intentaré ser diputada», afirma.
Un enfoque diferente
Tiffany ahora tiene la oportunidad de perseguir sus sueños y ejercer influencia en los demás. No obstante, para algunos jóvenes, es necesario encontrar otros enfoques frente a la educación y la capacitación.
En el segundo piso de un ajetreado mercado de Jartum, Sudán, un grupo de cincuenta jóvenes intercambia ideas e intenta encontrar soluciones a los problemas que enfrenta a diario.
La mayoría de ellos nunca ha ido a la escuela. Gran parte de los varones trabaja en el mercado y las mujeres ayudan a sus madres en el hogar.
Los jóvenes, de entre 14 y 24 años, participan en un programa que combina la capacitación práctica con la mentoría, el financiamiento inicial, conocimientos sobre resolución de conflictos y técnicas de presentación.
«La idea es pensar en cómo resolver problemas, como generar electricidad para el mercado», señala Mohammed, mientras muestra un generador modelo que fabricó con su equipo.
El plan de su equipo es diseñar un generador que pueda funcionar ya sea con energía solar o con combustible.
«Cuando uno encuentra una solución a un problema, uno se siente muy bien, realmente bien», asegura Mohammed. «He aprendido muchas cosas; por ejemplo, a expresarme, tener seguridad en mí mismo, ser responsable y hablar y relacionarme con las personas con las que trabajo».
Esfuerzo conjunto
En Burundi, varios grupos de jóvenes se ayudan mutuamente para iniciar negocios. Los grupos organizan reuniones periódicas y reciben capacitación en ahorros y préstamos, desarrollo de planes de negocios y gestión de pequeñas empresas. Al cabo de un tiempo, pueden comprar acciones de las empresas de los demás miembros del grupo y hacerse préstamos unos a otros.
Al mismo tiempo, los jóvenes se están convirtiendo en constructores de la paz en un país donde hay numerosas divisiones étnicas y políticas. Ernest, actualmente uno de los propietarios de un estudio de grabación, afirma: «Ahora que estamos unidos, formamos parte del proceso de construcción de la paz en nuestra comunidad. Esto nos ayuda a lograr nuestros objetivos. Si estamos unidos, podemos desarrollar nuestro país. Si estamos divididos, no lograremos nada».
Servir de ejemplo
Cada generación enfrenta desafíos, pero para muchos jóvenes, ahora hay más oportunidades que nunca.
Por ejemplo, en un mundo que cada vez está más interconectado por Internet, las oportunidades para las personas de todas las edades de hacerse oír a escala local, nacional e internacional continuarán aumentando. Los movimientos juveniles ya están tomando la iniciativa en el fomento de la paz, la acción contra el cambio climático y la lucha por acabar con la desigualdad.
Los jóvenes pueden hacer una inmensa contribución a la sociedad. Es fundamental que se los escuche y que reciban el apoyo que necesitan para que puedan dar forma tanto al presente como al futuro.