ADVERTENCIA: Esta edición está dedicada a la violencia sexual y de género (VSG) y el contenido podría resultar impactante para algunos lectores.
MENSAJE DE LA EDITORA
Zoe Murton
Esta es la tercera y última edición de nuestra serie de Paso a Paso dedicada al concepto bíblico del Jubileo. En el Antiguo Testamento, el año del Jubileo se creó para lograr la restauración de las relaciones de los israelitas con Dios, entre ellos y con la tierra. En esta edición, analizamos un tema en que la restauración, la justicia y la sanación son sumamente necesarias: la violencia sexual y de género (VSG). Se trata de uno de los problemas más dañinos y generalizados que enfrenta el mundo hoy en día.
Pero hay esperanza. Hace poco tiempo, visité una iglesia en República Democrática del Congo que forma parte de una interesante iniciativa dirigida a prevenir la VSG. La iglesia dirige el programa Transformando Masculinidades, de Tearfund, que busca maneras sanas en que hombres y mujeres pueden relacionarse entre ellos sobre la base de que todos somos iguales y hechos a imagen y semejanza de Dios.
Los pastores de la iglesia informaron que, desde que se inició el programa, la violencia entre las parejas ha disminuido en su congregación. Conocí a un matrimonio que estaba bastante encantado con la manera en que su relación se había transformado. Los participantes del programa habían invitado a sus amigos y vecinos a involucrarse, y el mensaje comenzó a difundirse rápidamente.
En nuestras comunidades hay mucho que hacer, tanto para prevenir la VSG como para responder a ella. Esta edición incluye las ideas inspiradoras de la organización Paz y Esperanza, en América Latina, que se dedica a empoderar a las mujeres económicamente para reducir su vulnerabilidad frente a la VSG. Destacamos maneras prácticas de ayudar a las personas sobrevivientes de VSG durante su camino hacia la sanación. Además, les contamos sobre un grupo de valientes mujeres ecuatorianas que están transformando el proceso de justicia en su comunidad.
Me gustaría despedirme con unas palabras de Sylvie, una admirable mujer sobreviviente de la VSG de República Democrática del Congo: «Sea cual sea el problema que tengas, ten presente que Dios está contigo. Sea lo que sea que pase, no pierdas la esperanza. El sufrimiento no es el fin de nuestras vidas. Dios nos está preparando cosas mejores. Yo creo en ese Dios».
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