La reintegración es cuando se ayuda a los niños a volver a vivir con sus familias y las comunidades.
Tanto los niños como las familias necesitan un apoyo especial antes de que puedan reunificarse. El proceso exacto que seguirán dependerá de su situación única. Es importante no apresurar el proceso. Para los niños que han vivido durante un tiempo en la calle o en una institución, el proceso normalmente demora por lo menos seis meses.
Proceso que sigue el niño
Rescate: es posible que el niño haya sido derivado por un hospital, un trabajador social o la policía. A veces, se encuentran a los bebés en un bote de la basura o al costado de un camino.
Rehabilitación: los trabajadores sociales deben llevar a cabo una evaluación inicial del niño. Esta evaluación indica el estado físico, mental, emocional, médico, psicológico e intelectual del niño. Antes de que se le traslade a vivir con la familia, se identifican y se abordan las necesidades inmediatas.
Plan de cuidado: un plan de cuidado debe incluir información sobre las necesidades del niño y cómo se llevará a cabo la reintegración. También incluye detalles sobre los plazos, la persona responsable, los correspondientes costos y los pasos que involucrará el traslado. Es importante ayudar a los niños a prepararse emocionalmente para la reintegración.
Qué incluye el trabajo con la familia
La localización de la familia: el personal de asistencia realiza la búsqueda de la familia biológica del niño o busca una familia de acogimiento. Luego, visita a la familia y les habla acerca del niño.
Evaluación y preparación: los trabajadores sociales evalúan si la familia puede cuidar al niño sin ponerlo en peligro.
Visitas a la familia: el niño visita a la familia y comienza a establecer un vínculo antes de trasladarse a vivir con ellos de forma permanente.
Establecimiento de redes de apoyo: se organizan visitas para vincular a la familia con los servicios de apoyo de la comunidad. Por ejemplo, trabajadores de la salud, trabajadores sociales y autoridades religiosas y comunitarias.
Una vez que se realizan todas estas acciones, el niño puede ser trasladado a vivir con la familia. Después de que esto ocurre, un trabajador social debe realizar una visita dentro de siete días para comprobar cómo van las cosas. Luego, un trabajador social visita a la familia de forma regular hasta que el niño está plenamente asentado. Las visitas normalmente se realizan una vez al mes durante los primeros tres meses y cada tres meses durante un período máximo de un año, dependiendo de la situación de la familia. La organización debe mantener el contacto con el niño incluso después de que este haya salido del programa.