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Los niños en situaciones posteriores a un desastre

Cada año, aproximadamente 750,000 niños alrededor del mundo se ven envueltos en desastres y pueden verse muy afectados por la experiencia de ser desplazados y de perder a seres queridos y amigos.

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Las inundaciones en Pakistán en el 2010 afectaron a 20 millones de personas. Foto: Ashraf Mall/Tearfund

De: Gestión de desastres – Paso a Paso 88

Cómo prepararse para los desastres y reducir el riesgo de que ocurran

La Supervisora de Educación, Tamara Olicoeur, les enseña a niños sobre higiene y saneamiento en la aldea de Siloye, Haití. Foto: Richard Hanson/Tearfund

La Supervisora de Educación, Tamara Olicoeur, les enseña a niños sobre higiene y saneamiento en la aldea de Siloye, Haití. Foto: Richard Hanson/Tearfund

Cada año, aproximadamente 750,000 niños alrededor del mundo se ven envueltos en desastres y pueden verse muy afectados por la experiencia de ser desplazados y de perder a seres queridos y amigos. 

La comunidad local puede tomar medidas para garantizar la seguridad de los niños y ayudarles a aprender a vivir con su experiencia. Para poder restaurar algo de regularidad a las vidas de estos niños, las iglesias u otras organizaciones comunitarias pueden ofrecer “clubes para niños”. En ellos pueden incluirse actividades que ayuden a rehabilitar la capacidad de los niños de jugar juntos, y de retomar su sentido de esperanza y bienestar social. Los clubes también les ofrecen la oportunidad de aprender, por ejemplo, sobre la salud. Esto será muy importante en situaciones en las que los niños han sido separados de sus familias. En zonas donde ocurren desastres con frecuencia, la iglesia podría contemplar contar con un equipo de personas capacitadas para realizar consejería con niños de una manera segura y que ofrezca apoyo. 

Clubes para niños en Haití 

Sucesivo al terremoto en Haití, Tearfund fundó aproximadamente 70 clubes para niños en los alrededores de Léogâne, algunos en asociación con iglesias locales. Uno de ellos estaba dirigido por las hermanas Françoise y Monette. Asistían 130 niños, entre los tres y 14 años de edad, dos a tres veces por semana. Allí aprendían canciones infantiles sobre el cuidado de la salud y la prevención de enfermedades y tenían un lugar seguro donde los niños podían de nuevo ser niños. El entusiasmo de Françoise y Monette por el club y su pasión por la educación infantil hicieron una enorme diferencia. El club se convirtió en uno de los lugares más emocionantes donde estar para los niños de la zona y les ayudó a lidiar con el trauma del terremoto y a aprender mensajes importantes sobre la salud.

Protección infantil 

Es una triste realidad que existen personas que intentan explotar a los niños y abusar de ellos, a menudo eligiendo aquellos que son vulnerables después de un desastre. Los niños que son separados de sus familias están en riesgo de ser secuestrados, traficados, explotados o de sufrir daños. Las iglesias podrían crear “lugares seguros” para tales niños, ya sea en planteles urbanos o rurales. Éstas pueden asegurar que estos niños sean cuidados, protegidos de personas que desean hacerles daño y, si es posible, reunidos y reintegrados con sus parientes. Es importante que las organizaciones e iglesias cuenten con políticas y procedimientos de protección de menores para asegurarse de estar creando un lugar seguro para los niños vulnerables.

Cómo ayudar a los niños traumatizados a sanar 

A los niños que están gravemente traumatizados se les puede dificultar expresar – o hasta nombrar – sus sentimientos. Las siguientes actividades podrían ayudar:

  • En algunos casos, cuando hay niños que han perdido a sus padres o a familiares cercanos, podría ser apropiado ensamblar una “caja de recuerdos” con todo lo que ellos apreciaban sobre la persona que han perdido. Cuando el niño extrañe a esa persona especial, puede sentirse cerca de ella cuando abra la caja.
  • Primeramente, asegúrese de que haya consejeros capacitados listos para ofrecer apoyo a los niños que participen en este ejercicio.

    1. Entregue a cada niño un pedazo grande de papel y algunos lápices para colorear. 
    2. Pídales que hagan un dibujo de su trayectoria hasta este momento y de las experiencias que vivieron en el camino, incluyendo los momentos de temor. 
    3. Con la ayuda de consejeros capacitados, tomen un tiempo con cada niño para hablar sobre lo que ha dibujado y lo que sintió en cada situación. Las conversaciones en un grupo muy grande y abierto serán demasiado inquietantes para muchos de los niños, de modo que los grupos pequeños son mejores. Asegúrese de que los consejeros les permitan a los niños hablar sobre sus sentimientos más profundos a su propio ritmo.

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