Cuando reflexiono en lo que le sucedió a Jesús en el Viernes Santo y en el Domingo de Resurrección, pienso en Nathaniel. Tranquilo y bien articulado, fácilmente se lleva uno la impresión de que Nathaniel viene de una familia acomodada.
Con todo, hasta hace unos pocos años, Nathaniel vivía en casucha de plástico en condiciones de pobreza extrema en una zona precaria de Nairobi. Nathaniel y su familia contaban con solo láminas de plástico como protección contra las inclemencias del clima y sobrevivían con lo poco que conseguían para comer, por lo que la vida era sombría y sin esperanza para ellos. Él no tenía trabajo y no podía pensar en lo que en realidad podía hacer. Se sentía inferior a los demás y sin ningún valor en sí mismo.
Nathaniel había llegado a pensar que vivir en pobreza extrema era su destino.
Atraído por el amor
Algunos miembros de la iglesia local encontraron a Nathaniel en ese punto tan bajo mientras visitaban a los habitantes de ese asentamiento subnormal como parte del proceso de movilización de la iglesia y la comunidad, una iniciativa auspiciada por Tearfund Países Bajos (en neerlandés). Nathaniel me contó lo avergonzado que se sentía cuando este grupo lo encontró la primera vez. Él no tenía un lugar donde invitarlos a que se sentaran, ni tampoco café o té para ofrecerles. Sin embargo, en esa situación de desesperanza, a Nathaniel le atrajo el amor de Dios que él podía percibir en este grupo de personas. A partir de esa conexión con ellos, pudo poco a poco abrir su pequeña habitación para reuniones semanales de estudio bíblico con otros vecinos de aquel asentamiento humano. Ese fue el punto de inicio de un cambio. Su corazón, su mente y todo su ser fueron transformados a través de la palabra de Dios.
Nueva vida
Gracias a los estudios bíblicos y a sus relaciones con las personas de la iglesia, Nathaniel descubrió que Dios lo amaba y que le había dado talentos y recursos para mejorar la vida de su familia y vecinos. Hoy día, Nathaniel ya no vive en una casita precaria; ahora vive en un apartamento. Él es ahora un docente certificado que educa a niños y niñas ayudándoles así a recibir una educación que va a mejorar sus vidas y a permitirles alcanzar los potenciales que Dios les ha dado. Nathaniel también estudió teología y es parte del liderazgo del grupo en su iglesia encargado de la movilización de la iglesia y la comunidad, que se ocupa en extender el trabajo de la iglesia en la comunidad.