El río Tejipió, en Recife (Brasil), estaba lleno de desechos, por lo que después de fuertes lluvias se desbordaba con regularidad. Esto ocasionaba la propagación de enfermedades y cuantiosos daños en las viviendas y los negocios.
Con el apoyo del Instituto Solidare, organización socia de Tearfund, varios pastores locales se unieron para elaborar un plan de respuesta a emergencias. Cuando el río volvió a desbordarse, coordinaron de forma eficaz el apoyo para las personas más perjudicadas.
Sin embargo, los pastores y otros miembros de la comunidad se dieron cuenta de que no podían conformarse solo con responder a las inundaciones periódicas. También tenían que actuar para intentar evitar que el río se desbordara.
Las iglesias, las escuelas y los líderes comunitarios del lugar comenzaron a conversar sobre lo que deberían hacer. Al mismo tiempo, el Instituto Solidare empezó a reunirse con instituciones académicas y funcionarios gubernamentales locales.
Juntos, investigaron el tema y determinaron exactamente cuál sería su objetivo de campaña: una mejor gestión de los desechos —incluido el reciclaje— y la limpieza periódica y protección del río.
Un movimiento creciente
Poco a poco, cada vez más iglesias, escuelas, organizaciones comunitarias, familias e individuos se unieron al movimiento, que llegó a ser conocido como Rio Limpo, Cidade Saudável.
En una protesta pacífica, 500 miembros de la comunidad marcharon a lo largo del río hasta los edificios gubernamentales y entregaron una petición a los funcionarios con 13 000 firmas. Los miembros de las iglesias y la comunidad también limpiaron algunas partes del río para llamar la atención del público hacia el problema.
Estas acciones aumentaron la presión sobre las autoridades locales para que respondieran. Finalmente, las autoridades implementaron un programa de limpieza y dragado del río con el fin de reducir el riesgo de inundación.
Una lucha de larga duración
Un foro local continúa defendiendo los derechos sociales, económicos y políticos de las comunidades del río. Conformado por líderes de iglesias, miembros de la comunidad y otros actores, el grupo organiza actividades de creación de conciencia y se reúne periódicamente con representantes gubernamentales.
Simone Vieira, coordinadora de incidencia de Tearfund en Brasil, afirma: «Un gran número de comunidades ribereñas sufre discriminación, tiene viviendas de mala calidad y carece de acceso adecuado a los servicios. Se trata de una lucha de larga duración, pero todas las personas involucradas están comprometidas a defender sus derechos».