Esto podría deberse a todo tipo de razones. Por ejemplo:
- las personas podrían no conocer las leyes
- la aplicación de las leyes podría ser insuficiente o corrupta
- las personas podrían no saber cómo defender sus derechos, o podrían tener miedo a hacerlo
Lea Amós 5:1–24
En el libro de Amós, podemos leer acerca de la injusticia que sufrían muchas personas en esos tiempos. Los derechos de las personas que vivían en la pobreza no se respetaban (versículo 11), el soborno era común (versículo 12) y quienes defendían la justicia y la verdad eran despreciados (versículo 10).
En los versículos 21 a 23, Dios condena las festividades y asambleas religiosas, ya que no le «huelen bien». ¿Por qué? ¿Qué dice el versículo 24 acerca del tipo de culto que prefiere Dios? Véanse también Isaías 58:1–14 y Lucas 11:37–46.
La Biblia establece claramente que los cristianos deben compartir la pasión de Dios por la justicia. Esto no solo significa intentar llevar una buena vida. También deberíamos esforzarnos por cambiar lo que no está bien en nuestra sociedad. Por ejemplo, orando, proporcionando cuidados prácticos o hablando abiertamente contra la injusticia. Generalmente, nuestros esfuerzos deben consistir en una combinación de todas estas acciones.
Dios quiere que la rectitud y la justicia fluyan como el agua de un río torrentoso, y quiere lograrlo a través de su iglesia (Amós 5:24).