Es responsabilidad de los Gobiernos proporcionar a sus ciudadanos un acceso adecuado a agua limpia y apta para beber y saneamiento. Sin estos servicios, poco se puede avanzar en otras áreas, como la salud, la educación, la equidad de género y la reducción de la pobreza.
Las comunidades, las iglesias y otras organizaciones locales están en una buena posición para abogar por mejores servicios públicos. Esto incluye exigir cuentas a los Gobiernos cuando no cumplen sus promesas sobre el suministro de agua.
Influenciar el cambio
Cuando en la región noreste de Brasil ocurrió una grave sequía en 2015, las represas colapsaron, una de las principales tuberías de distribución de agua se deterioró y los suministros de agua se contaminaron con deshechos animales y humanos. Esto provocó el brote de enfermedades, y el sistema de salud pública no podía hacer frente a la gran cantidad de enfermos.
La organización local Diaconia reunió a los grupos de mujeres, los sindicatos, las organizaciones de la sociedad civil, los grupos de jóvenes, las escuelas, las iglesias y a otros miembros de las comunidades afectadas. Entre todos, hablaron de sus experiencias y juntos diseñaron un plan.
Decidieron pedirle al Gobierno que tratara la sequía como una emergencia y además solicitaron tener una serie de audiencias públicas con el procurador del Estado.
Se pidió que los funcionarios del concejo municipal, los representantes del Ministerio de Salud y los representantes de las compañías que ofrecen el servicio del agua asistieran a esas audiencias. Como resultado de las audiencias, se encomendó a la Dirección Nacional de Obras Contra la Sequía la reparación urgente de la tubería de agua dañada, la Secretaría de Estado para la Salud decidió verificar regularmente la calidad del agua en el área, y las compañías de agua se vieron obligadas a suministrar agua en camiones cisterna a las comunidades afectadas.
Diaconia insistió en que todos estos acuerdos quedaran plasmados por escrito, en un documento titulado «Términos de Conducta». Diaconia asimismo continuó apoyando a los líderes comunitarios y agricultores para que se involucren en los concejos municipales y otros foros de toma de decisiones. Esto llevó a que más personas ejerzan influencia en la fijación y el destino de partidas específicas en los presupuestos de los Gobiernos locales.