Invirtiendo nuestras vidas sabiamente
Podemos hacer tres cosas con nuestras vidas. Podemos malgastarlas, podemos gastarlas o podemos invertirlas. La Biblia nos enseña a invertir nuestras vidas para representar una diferencia para la eternidad. No deberíamos vivir en esta tierra para ser consumidores. En cambio, debemos hacer una contribución con nuestras vidas. Seremos responsables ante Dios por la manera en que invertimos nuestras vidas. Tomemos tiempo para mirar cómo usamos nuestras habilidades, recursos, tiempo y experiencia.
Leer Mateo 25:14-30
- Discutir a quién representan el hombre, el sirviente y la propiedad en esta parábola.
- ¿Tienen los sirvientes alguna influencia sobre lo que se les da?
Todo lo que tenemos pertenece a Dios. Se nos permiten pedir prestadas cosas durante varios años. Nosotros no trajimos nada a este mundo y no nos estamos llevando nada de este mundo cuando salimos. Estamos aquí para manejar y usar los recursos de Dios.
Versículo 15 Dios nos ha dado algunos talentos únicos a cada uno de nosotros. Discutir cuántos talentos o dones se pueda imaginar. La gente recibe diferentes talentos. Pero nadie se queda sin algún talento.
Versículos 16-18 Dios espera que usemos nuestros talentos. Un día nos preguntará, ’Qué hiciste con lo que te fue dado?’
- ¿Por qué es incorrecto enterrar lo que Dios nos ha dado? ¿Qué nos haría hacer esto?
Versículos 19-23 Si usamos nuestros dones y talentos para servir a otras personas, estos empezarán a crecer. Dios nos anima a que actuemos con fe en esto. Si usamos nuestros talentos sabiamente, seremos premiados.
- ¿Cómo podemos usar mejor nuestros talentos o dones?
- ¿Qué les dijo Dios a estos mayordomos? ¿Cuál fue su premio?
Versículos 24-30
- ¿Cuáles eran las razones que este mayordomo dio para no usar su talento?
- ¿Cuánto respetaba él a su amo?
El miedo a menudo impide a la gente usar sus talentos. Hay tres tipos de miedo: la duda en sí mismo (falta de confianza), la timidez (el miedo a qué pensarán los demás) y la lástima por sí mismo. Tener presente que a Dios le gusta usar a la gente imperfecta. Un billete de $100, ya esté sucio o rasgado, todavía vale $100. ¡A los ojos de Dios nosotros no perdemos nunca nuestro valor!
- ¿Cómo podemos enfrentar los temores que nos impiden servir a Dios?
- ¿Qué motiva nuestro propio deseo de servir a Dios?
Discutir el versículo 29 que es un versículo con muchos desafíos.
- ¿Hemos observado esto en nuestras propias vidas o en las vidas de los demás?
Animémosnos a invertir nuestros talentos sabiamente. Necesitamos tomar lo poco que tenemos y empezar a usarlo sirviendo a otras personas. ¡Luego podremos ver a Dios multiplicar también nuestros talentos!
De Keve Társaság, una asociación de profesionales y negociantes cristianos, 1091 Budapest, Kálvin tér 7, Hungría.