Craig Greenfield.
Para la gente más pobre de Camboya, la vida está llena de incertidumbres. Típicamente tienen varias fuentes posibles de ingreso. En un día bueno ganarán lo suficiente para alimentar a la familia. Otros días pasan hambre o pueden verse forzados a pedir préstamos caros para pagar emergencias, particularmente problemas de salud.
El alto interés cobrado por los prestamistas locales sobre los préstamos significa que esta deuda crece rápidamente y pronto cae en una espiral fuera de control. Frecuente-mente, las familias pueden perder sus casas o sus tierras, a consecuencia de algo que comenzó como un préstamo por un par de cientos de dólares. Las familias más vulnerables son las que han perdido miembros a causa del SIDA. Los hogares que consisten de adolescentes o las abuelas que cuidan a los niños sin padres son muy vulnerables a los ‘tiburones’ (la gente que presta dinero y cobra tarifas de interés muy altas) y otras personas que los explotan para obtener una ganancia egoísta.
En el año 2000, el Proyecto HALO (Esperanza, Asistencia y Amor para los Huérfanos) fue inaugurado en Camboya por la organización Servants to Asia’s Urban Poor (Sirvientes de los Pobres Urbanos de Asia). El Proyecto HALO tiene un enfoque holístico sobre el desarrollo, trayendo esperanza (espiritual), asistencia (apoyo práctico) y amor (el apoyo emocional para niños que encaran congoja y pérdida) a los huérfanos que han perdido a sus padres a causa del SIDA.
Trabajamos con hogares encabezados por niños y con familias amplias que cuidan a huérfanos. Se da asesoría sobre presupuestación tanto a adultos como a los niños. Enseñamos a la gente como ahorrar una cantidad minúscula cada día para emergencias. Todos reciben su propio ‘banco de ahorros’, una pequeña caja de metal, completa con candado y llave, para guardar en los hogares. Les ayudamos a controlar su nivel de ahorros cada mes y proveemos aliento y consejos. A veces se hacen préstamos a negocios pequeños, para ayudar a las familias a comenzar a ganar un ingreso. Se cobran bajas tarifas de interés.
Se ayuda a cada familia a planificar cómo llegar a ser económicamente segura en el futuro. Las familias pobres con las que trabajamos no pueden permitirse tomar ningún riesgo innecesario. Están poco dispuestos a usar dinero para cualquier cosa excepto cubrir sus necesidades diarias. He aquí algunas de las cosas que hemos aprendido…
Usar las prácticas culturales existentes
En Camboya, como en muchos otros países asiáticos, la gente compra joyas con sus ahorros porque son más fáciles de cuidar que el dinero en efectivo. Una vez que las familias con las que trabajamos ahorran dinero suficiente, frecuentemente compran un anillo de oro. Pueden llevarlo y venderlo rápidamente si se necesita dinero. Nosotros estimulamos esta práctica.
Otra práctica cultural común en Camboya es tong teng: los grupos pequeños de ahorros y crédito. Estos juntan a la gente en grupos para ahorrar y hacerse préstamos mutuamente. Los grupos dependen de la confianza.
Comenzar joven
En Camboya, incluso los niños muy jóvenes reciben cantidades pequeñas de dinero para gastar. Nos dimos cuenta de que las cajas los podían ayudar a ahorrar también. En una casa de huérfanos, los niños de más edad recibieron una caja para los ahorros y comenzaron a ahorrar dinero. ¡Luego encontramos que los dos niños más jovenes habían salido, comprado una pequeña caja y habían comenzado a ahorrar también! Ahora tenemos niños tan pequeños como de seis años de edad que toman parte en el ahorro.
Establecer metas realistas
Cada familia es estimulada a ahorrar sólo una cantidad minúscula cada día, más bien que proponerse un objetivo mensual que sería demasiado difícil. Ya que la gente pobre comunmente gana un poco de dinero en efectivo cada día más bien que un sueldo o salario mensual, el objetivo diario de ahorro es mucho más realista. Después de explicar lo poco que necesitan ahorrar cada día, estimulamos a la gente demostrándole lo que podrían ahorrar potencialmente en un mes o en seis meses. También los estimulamos a ahorrar para un objetivo específico (tal como una bicicleta). Esto motiva a la gente a hacer el sacrificio diario a fin de lograr su meta.
El proyecto HALO ahora ayuda las comunidades a cuidar más de 500 niños cuyos padres se están muriendo o se han muerto de SIDA. Nuestra visión es ver que las comunidades, apoyadas por la iglesia, atiendan a todas las diferentes necesidades de sus propios huérfanos.
Craig Greenfield es Director Nacional de Servants to Asia’s Urban Poor, Camboya. Página web: www.servantsasia.org Es también co-fundador y asesor del Proyecto HALO. E-mail: [email protected]