«Es fácil adorar a Dios dentro de las cuatro paredes de una iglesia. Pero, como cristianos, estamos llamados a cumplir una tarea mucho más importante que esta», dice el pastor Arnold en Honduras.
«Nuestra iglesia se encuentra en la ciudad de San Pedro Sula, donde cada día mueren tres, cuatro o cinco jóvenes. Estamos perdiendo una generación de jóvenes frente a la violencia y las pandillas que nos rodean», agrega.
Debido a varios años de régimen militar, corrupción, desigualdad y delitos violentos, Honduras es ahora uno de los países más peligrosos del mundo. Existe un alto nivel de desempleo y dos de cada tres hondureños viven en la pobreza. Muchos jóvenes deciden abandonar el país para buscar trabajo.
Hay cada vez más barrios donde las pandillas y los traficantes de drogas reinan en las calles. Utilizan la violencia y las amenazas para intimidar y controlar a la población.
Transforma Joven
El programa Transforma Joven ofrece a los jóvenes líderes de las iglesias las herramientas teológicas y prácticas para que «observen el derecho y practiquen la justicia» (Isaías 56:1). Después de la capacitación, los jóvenes inspiran a sus iglesias a trabajar con las comunidades que las rodean para lograr cambios positivos.
Erick, de 23 años, dice: «En mi comunidad, hay muchas pandillas y problemas de drogas, alcohol y violencia. También hay muchos niños y niñas que sufren abandono. En 2016, comencé a asistir a conferencias y eventos organizados por Transforma Joven y, por primera vez, tuve la oportunidad de hablar sobre los problemas que veía en mi comunidad. Pude hablar sobre estos asuntos desde la perspectiva de la Biblia y del amor de Dios. Fue una experiencia realmente increíble y emocionante».