Nuestro enfoque hacia la salud y el desarrollo de la comunidad
por Stan Rowland.
Muchos grupos cristianos se preocupan en satisfacer o la necesidad espiritual o la física.
¿Cuáles son nuestras prioridades como Cristianos? ¿Qué podemos aprender de la Biblia sobre este tema?
¿Cuáles eran las prioridades de Jesús?
Lea Lucas 4:18-20. Aquí Jesús, por primera vez, demuestra por qué vino. De esto también se escribió en Isaías 61:1-2 cientos de años antes del nacimiento de Jesús. ¿Cuáles son las razones que Jesús da por su venida? ¿Tienen que ver más con las necesidades espirituales de la gente o las necesidades físicas o de las dos?
¿Cuáles son nuestras prioridades?
El desarrollo de la comunidad cristiana se debe basar en lo que Jesús dijo e hizo.
Lea Lucas 10:27 ¿Cómo vamos a amar a Dios? ¿Qué significa amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos? ¿Realmente nos preocupamos por su bienestar físico y espiritual?
Jesús se preocupó por toda la persona. Curó al enfermo mientras predicó y enseñó. Nosotros también debemos compartir su preocupación. Cuando Jesús envió a sus doce apóstoles a predicar a otros, les ordenó curar al enfermo y preocuparse por las necesidades físicas de otros mientras que predicaban las buenas nuevas de Jesucristo.
¿Cómo podemos poner esto en práctica?
Lea Mateo 28:19-20. Esto es conocido como la Gran Comisión. No es opcional para nosotros como Cristianos, es un mandamiento. Si seguimos este mandamiento, todos nosotros los que nos involucramos en el desarrollo y salud de la comunidad, también necesitamos involucrarnos en compartir nuestra ge y hacer discípulos.
Creo que la acción social (a través del desarrollo y la salud de la comunidad) y la evangelización están entrelazadas y no deben separarse. La una sin la otra está incompleta.
En Amsterdam ‘83 el Dr Gordon Moyes hizo las siguientes comparaciones:
’El evangelismo sin acción social no es pertinente a la necesidad humana. La acción social sin el evangelismo es flor sin frutos. Juntos, palabra y hechos llegan a ser el más poderoso compromiso pertinente y responsable al Señor y a nuestro prójimo.’