por Jun Vencer.
Cada desastre trae con sigo historias individuales de gran tragedia y sufrimiento humano. ¿Cómo puede responder la iglesia a estas necesidades? Toda Iglesia debería estar involucrada en proveer asistencia en la forma que sea a aquellos que sufren. En el libro de Hechos, la Iglesia primitiva en Antioquía provee un buen modelo que las otras iglesias pueden copiar. Cuando Judea pasó por un período de hambruna, cada creyente en Antioquía …según su capacidad, decidió proveer ayuda a sus hermanos que vivían en Judea.
En algunos países la Iglesia está en una posición ideal para proveer asistencia efectiva cuando ocurren desastres. Las iglesias pueden estar cerca y pueden actuar rápidamente en las zonas afectadas. Los líderes normalmente son personas confiables y pueden identificar a los más necesitados en la comunidad. Una vez pasada la emergencia, la iglesia local provee un enfoque permanente para el trabajo de seguimiento. Las agencias de auxilio van y vienen pero la iglesia local permanece.
La participación de la iglesia local en el trabajo de auxilio puede ser un fuerte testimonio para los que están alrededor. Cuando el evangelio se pone en práctica durante una emergencia, puede ser que muchos se acerquen a la fe cristiana. Sin embargo, los grupos cristianos tienen que tener mucho cuidado en casos como estos. Es fácil alentar a aquellos que comúnmente se conocen como ‘cristianos de arroz’ – es decir, aquellos que creen que con decir que son cristianos recibirán más asistencia y alimentos. No hay que predicar el Evangelio a audiencias cautivas – por ejemplo, gente haciendo cola para ser atendida en un hospital misionero o esperando para recibir alimentos. Dios anhela discípulos con corazones sinceros.
La Iglesia tiene la responsabilidad social de ayudar a los más necesitados en nombre de Jesúcristo. En situaciones de emergencia las acciones de los cristianos hablan más fuerte que sus palabras.
Tres estudios de caso…
En Armenia, se distribuyeron paquetes de emergencia a personas desplazadas y alojadas en hospedajes sin que se llevara a cabo ningún tipo de evangelización. Tampoco se mostró literatura. En esta situación, la manera de actuar, ayudó a que la gente pudiera mantener su dignidad – sobre todo, ya que algunas personas no estaban de acuerdo con sus creencias.
En Zimbabue, un grupo predicó y cantó himnos cristianos a la gente antes de distribuir comida. Se creó una especie de ambiente de festival entre la gente local simpatizante a la fe cristiana.
En Bosnia, alimentos y otros tipos de artículos se entregaron a grupos comunales quienes se encargaban de distribuirlos. Estos grupos podían ser laicos, seculares o musulmaneos – la evangelización no forma parte de la distribución. Sin embargo, esta organización imprime libros cristianos y lecturas diarias bíblicas los cuales pone a disposición de los líderes de los grupos comunales. Aunque el trabajo de distribución de artículos y la literatura estén separados, los dos trabajan juntos como aspectos que llegan a la persona completa – de una forma práctica y espiritual.