Cuando Adán y Eva se escondieron en el Jardín del Edén, Dios inmediatamente preguntó: «¿Dónde estás tú?» (Génesis 3:8-9). Esto fue porque valoraba su relación con ellos, y las relaciones se sostienen en la comunicación.
En la Biblia, leemos que Dios se comunica con la gente de diferentes formas. Al estudiar y discutir la palabra de Dios, el Espíritu Santo nos ayuda a entender el profundo deseo de Dios de conectarse con nosotros y darse a conocer.
Creación
El esplendor y la complejidad de la creación demuestran la creatividad de Dios en la comunicación (Salmos 19:1-4). Es por ello por lo que Pablo escribió que la verdad acerca de Dios es algo fácilmente accesible a todas las personas. «Porque lo invisible de él —su eterno poder y deidad— se deja ver desde la creación del mundo, siendo entendido en las cosas creadas de modo que no tienen excusa» (Romanos 1:20).
Signos y maravillas
Dios se comunica directamente con la gente, «muchas veces y de muchas maneras» (Hebreos 1:1). Por ejemplo, el Antiguo Testamento registra a Dios hablando entre la zarza ardiente (Éxodo 3), en una densa nube (Éxodo 19:9) y en suave murmullo (1 Reyes 19:12). El Espíritu Santo también se comunica con la gente a través de los sueños, las visiones, las palabras de conocimiento y profecías (Joel 2:28; 1 Corintios 12:1-11).
Jesús
La forma definitiva en que Dios se comunica con nosotros es a través de Jesús, su hijo, (Hebreos 1:1-2). Dios sabía que la mejor forma de que entendamos a cabalidad su misión para con nosotros era convertirse en humano y vivir entre nosotros.
Durante su tiempo en la tierra, Jesús se comunicó verbal y no verbalmente, según la intención de Dios, lleno de gracia y verdad (Juan 1:14):
- Escuchó atentamente lo que decía la gente e hizo muchas preguntas (por ejemplo, Juan 5:6).
- Al enseñar con parábolas e historias, mostró cómo la verdad se revela tanto en el misterio como en la sencillez (por ejemplo, Mateo 13).
- Al extender su mano para sanar y bendecir, demostró su compasión de formas que no habrían sido posibles solo a través de las palabras (por ejemplo, Mateo 8:3; Marcos 10:16).
- Al llorar por la muerte de su amigo, demostró cuánto valora las relaciones (Juan 11:35).
- Al pasar tiempo con personas de los confines de la sociedad, enfatizó que el Evangelio es para todos (por ejemplo, Mateo 9:10).
- Al no permitir que la gente pasara hambre, demostró que las palabras y las acciones van de la mano (por ejemplo, Marcos 6:30-44).
- Al agacharse para lavar los pies de sus discípulos, demostró humildad y servicio (Juan 13:5).
- Al sufrir voluntariamente en la cruz, mostró cómo el amor se revela a través de nuestras acciones (1 Juan 3:16).
- Al vencer ante la muerte, Jesús dejó en claro que hay esperanza para el futuro (1 Pedro 1:3).