Cuando Jesús se comunicaba con la gente, solía relacionar lo que decía con lo que las personas veían a su alrededor. Esto las ayudaba a entender y recordar sus enseñanzas.
De forma similar, el equipo del programa de SIL Faith and Farming en Nigeria trabaja para comunicarse con los agricultores basándose en sus experiencias cotidianas respecto de la agricultura y de la fe. La organización utiliza varias formas de comunicación: bíblica, práctica, oral y accesible, todas ellas estrechamente relacionadas.
Comunicación bíblica
En Nigeria, cuando las personas que trabajan la tierra leen las palabras «Sea maldita la tierra por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida», en Génesis 3:17, muchas de ellas concluyen que la agricultura es una maldición. Así, se forman una mala opinión de sí mismas y del trabajo que realizan y se sienten desesperanzadas a la hora de enfrentar desafíos.
Cuando les explicamos que el mismísimo Dios plantó el Jardín del Edén y que ordenó a Adán a que lo cultivara y lo cuidara (Génesis 2:15), todo cambia.
Uno de los agricultores manifestó: «Me dio mucha satisfacción leer que Dios cultivó distintas cosas… Esto me anima a llevar adelante mejor mi actividad agrícola y a dejar de sentir vergüenza. Ahora que sé que Dios se interesa por mi granja, le voy a encomendar que bendiga mi trabajo antes de sembrar».
Quienes participan en nuestros talleres de capacitación suelen comentar que el estudio de pasajes bíblicos acerca de la agricultura y las personas que se dedican a ella los ayuda a ganar confianza y entender mejor lo que significa vivir su fe en su vida cotidiana.
Uno de los participantes comentó: «Al ver cómo Moisés ayudó a las hijas de Madián a sacar agua para las ovejas (Éxodo 2:16-19), nos vimos motivados a ayudarnos los unos a los otros con el trabajo».