Desde hace años, la organización local Humedica Lanka ayuda a las comunidades de Sri Lanka a aumentar su resiliencia y autosuficiencia para reducir su vulnerabilidad ante los desastres.
Además de brindar apoyo de emergencia inmediata cuando es necesario, Humedica Lanka trabaja con las comunidades en la identificación de las causas subyacentes de su vulnerabilidad. Así, las comunidades pueden utilizar sus habilidades y recursos existentes para desarrollar su resiliencia económica, social y psicológica.
«La pandemia del Covid-19 acabó con todas nuestras oportunidades de ganar dinero, ya que dependíamos principalmente de la pesca, —nos cuenta Kavitha, una señora de Thalaimannar, en Sri Lanka y agrega—:
La crisis económica provocada por el Covid-19 nos impidió volver a pescar debido a la escasez de queroseno y su elevado costo. Comimos menos y compramos alimentos más baratos.
Pero, en ese momento, Humedica Lanka nos animó a retomar una de nuestras actividades tradicionales de generación de ingreso que habíamos olvidado: la producción de palma de Palmira».
La palma de Palmira es un árbol fuerte y productivo que crece en Sri Lanka. Su savia dulce y sus frutos se utilizan para elaborar jugos, dulces y pasteles. Las hojas se pueden utilizar para techar o para hacer esteras, cestas, abanicos, sombreros y otras artesanías.
Kavitha continúa diciendo: «Humedica Lanka nos ayudó con insumos básicos y nos brindó capacitación para que pudiéramos mejorar nuestros conocimientos y habilidades. También nos conectaron con redes para hacer mercadeo. Ganamos lo suficiente para alimentar a nuestra familia durante la crisis y se ha convertido en un negocio exitoso. Muchas personas aquí nos hemos convertido en emprendedores exitosos».
Esperanza para el futuro
En la comunidad pesquera de Moratuwa, muchos niños y niñas abandonaron la escuela debido a la desintegración familiar y los crecientes niveles de pobreza extrema. Parte de esto fue causado por un alto nivel de abuso de drogas y alcohol en la comunidad.
Como parte de un abordaje integral, Humedica Lanka comenzó a ofrecer tutorías y apoyo educativo a los niños y las niñas. El aprender a leer y a escribir, y el desarrollo de habilidades esenciales para la vida, hicieron que los niños y las niñas comenzaran a soñar con su futuro, algo que no habían hecho en mucho tiempo.
Al mismo tiempo, los padres y las madres recibieron asesoramiento para comprender mejor sus obligaciones y muchos recibieron apoyo psicológico y pudieron recuperarse de la ansiedad y la adicción.
Ahora, la mayoría de los niños y niñas han vuelto a asistir a la escuela y la comunidad es mucho más fuerte, tanto en el aspecto económico como en el social. Esto significa que están en una mejor posición para hacerles frente a los peligros futuros como huracanes, inundaciones, sequías y deslizamientos de tierra.
Enfoque a largo plazo
El desastre y la vulnerabilidad son como dos caras de la misma moneda. Las personas que se ven afectadas por dificultades como la pobreza, las adicciones, la discriminación y la falta de servicios públicos suelen ser las más afectadas cuando hay una crisis.
Con el tiempo, y con el tipo de apoyo adecuado, las comunidades pueden aprender a utilizar sus habilidades y los recursos existentes para abordar algunas de estas dificultades y desarrollar mecanismos para afrontarlas. A medida que aumenta la resiliencia, mejora la calidad de vida y se salvan vidas.