Seguridad en el amor de Dios.
Podemos ayudar a las personas a enfrentar grandes problemas de sus vidas, sin sentirnos inseguros, si recordamos siempre que Dios está en control. El quiere que la persona que estamos ayudando sea totalmente libre. Hablar con sinceridad sobre nuestras propias vidas y nuestras debilidades puede hacer que otra persona sienta la libertad de ser honesta con su propia vida. La seguridad que tenemos en el amor de Dios nos ayuda a tener la seguridad para dejar que otros fallen.
Lea Mateo 19:16–23. ¿Qué hubiera hecho usted en esta situación?
¿Cómo reacciona usted ante las personas que no responden cuando comparte su fe con ellas?
¿Por qué piensa que Jesús dejó que el joven gobernante se alejara en vez de persuadirlo a seguir sus enseñanzas?
Creo que hay varias razones por las cuales Jesús dejó que se alejara…
- Sabía que Dios le quería y continuaría amandolo.
- Había establecido claramente las condiciones y las acciones necesarias para encontrar vida y amor.
- Le amaba.
- Le amaba tanto como para dejarlo que él eligiera.
Solos, pocos de nosotros hubiésemos tenido el coraje para actuar tan libremente como lo hizo Jesús en esta situación. A pesar de eso, podemos aprender de esta historia. Si hubiésemos intentado asiduamente, con la gracia y el amor de Dios, mostrarle a alguien el camino correcto, pues entonces la decisión es de ellos. Tenemos que estar dispuestos a dejarlos libres y a dejarlos bajo el amor y la justicia de Dios.
Oremos por aquellas personas que conocemos que están tomando decisiones sobre su fe. Oremos, también, por aquellas personas con las cuales hayamos compartido nuestra fe en el pasado (como el joven gobernante) y que tienen que tomar su propia decisión.
por David Partington