Arline Poubel e Silva y Suzy da Silva Cyrillo.
En la mayoría de las culturas, la gente esconde el problema de la violencia intrafamiliar. Esto significa que poco se conoce sobre el nivel de violencia que afecta a las familias. El maltrato intrafamiliar ha atraido cada vez más la atención de los servicios de salud, pero es rara vez incluido en los programas de la comunidad para la salud y educación. Sin embargo, la mayoría de los casos incluso ni se denuncian. Esto significa que los que cometen la violencia no se hacen responsables de sus acciones. A menudo ellos incluso no comprenden que han cometido un crimen.
Por ejemplo, al principio de la última década en los Estados Unidos se denunciaron un millón y medio de casos de maltrato contra los niños y adolescentes, con mil muertes anuales. Se estima que el número real de casos fue 20 veces más alto. En muchos países en vías de desarrollo el problema rara vez se denuncia.
El término violencia doméstica se usa para describir cualquier actitud violenta o negligencia intrafamiliar. Las víctimas pueden padecer todo tipo de problemas físicos y mentales – incluso tensión, problemas con el sueño, revivencia del trauma, agresión, aislamiento social, comportamiento autodestructivo, depresión y fobias. Algunos pueden incluso suicidarse.
La pobreza y falta de educación pueden aumentar el nivel de violencia doméstica. También pueden estar involucrados otros individuos, la familia, la comunidad y factores sociales. Sin embargo, el abuso de poder sobre los miembros de la familia que no tienen cómo defenderse siempre está presente. Las mujeres, los adolescentes, los niños y los minus-válidos son las víctimas más frecuentes.
Definición de maltrato
El abuso físico implica el uso intencional de la fuerza física, con el propósito de causar dolor. A veces el abuso físico causa la muerte. Los bebés están en riesgo del ‘síndrome del bebé sacudido’. Cuando un adulto sacude violentamente al niño, generalmente para que el bebé deje de llorar. Esto puede causar daño cerebral y a veces la muerte.
El abuso sexual del niño describe situaciones donde un niño o un adolescente se usa para el placer sexual, ya sea por parte de un adulto o de un niño mayor. El abuso puede incluir el manoseo, la exploración sexual y obligarle al niño a que mire pornografía, o un acto sexual, con o sin violencia.
Este abuso es basado en una relación de poder. Sin embargo, la violencia no siempre es parte de ello. Los abusadores pueden asegurar la participación del niño mediante el uso de varias estrategias:
- juegos que llevan al contacto sexual
- soborno, usando dulces o regalos,
- persuasión, diciéndole al niño que a menos que acepte el contacto sexual, el niño perderá el favor del abusador
- secretos compartidos, donde se les dicen a los niños pequeños que son ‘amigos especiales’
- fuerza física – sólo se usa cuando fallan las otras estrategias.
El abuso sexual causa daño físico, psico-lógico y social, aunque algunas víctimas no muestren ninguna señal visible de estos efectos. La víctima puede sufrir por el resto de su vida si no se tratan adecuadamente los efectos del abuso.
Daño emocional Aunque no es normal-mente tan severo como el abuso físico o sexual, la gente también pueden sufrir daño emocional. Los miembros de la familia a menudo no son conscientes de que estan dañando a un niño de esta forma. Los siguientes tipos de comporta-miento pueden causar daño a largo plazo a la autoestima y bienestar de un niño:
- cuando un niño no recibe apoyo emocional mediante el afecto físico por el tacto, palabras afectuosas, estímulo e interés continuado
- cuando siempre se contradice a un niño, negándose sus puntos de vista, rechazándose sus acciones y cuando siempre se les está criticando
- cuando se tienen expectativas demasiado elevadas del desempeño en la escuela o trabajo que el niño no puede alcanzar
- cuando la sobreprotección o la higiene excesiva exigen un desempeño demasiado alto del niño.
Este tipo de daño es poco investigado o entendido y se une a menudo con otros tipos de abuso. Las víctimas son principalmente niños y mujeres, pero también ancianos.
Ayuda para las víctimas
En una situación ideal los casos de violencia doméstica necesitan ser tratados por profesionales, ya que el apoyo inadecuado puede llevar a más problemas. Sin embargo, cuando esto no está disponible, los amigos que estén preparados para escuchar y dar apoyo pueden ayudar. El dar evidencia puede dañar a la víctima por lo que, de nuevo, se recomienda la ayuda especializada para minimizar el daño. Mientras más pronto se identifica y se enfrenta el maltrato, mayores serán las oportunidades de prevenir la continuación de la violencia y de tratar a la gente violenta con éxito.
¿Cómo pueden ayudar los no-profesionales?
Al principio es importante escuchar cuidadosamente a la víctima y creerle. Ir con ellos a una repartición oficial para que expongan su caso y ayudar a que consigan ayuda profesional. Normal-mente las víctimas tienen miedo de conseguir ayuda, pero con tal apoyo, pueden avanzar un poco.
Nunca pedirle a la víctima que ignore o se olvide de lo que pasó. No se les debe pedir a las víctimas de la violencia que simplemente perdonen a los que los maltratan, particularmente si la violencia continúa. La cuestión del perdón está entre la persona y Dios. En cambio, la víctima necesita que se le crea y ser capaz de hablar abiertamente. La vergüenza y la culpabilidad están entre los sentimientos más comúnes experimentados por las víctimas de la violencia doméstica. Piensan que nadie puede entender-los. Nunca hay que permitirle a las víctimas pensar que se cree que ellos son culpables de lo que ha pasado.
Los adultos que quieren proteger a los niños y adolescentes deberían buscar cualquier señal de violencia y ayudarlos. Animarlos a buscar ayuda y hablar con alguien en quien puedan confiar sobre lo que está pasando. En muchos casos el niño puede tener demasiado miedo de buscar ayuda.
Si se sospecha algún maltrato, no ignorarlo sino, por el bien de la víctima, investigar o pedir ayuda.
Arline Poubel e Silva es psicóloga y Facilitadora Regional para Brasil y el Cono Sur, Tearfund. E-mail: [email protected] Suzy da Silva Cyrillo es psicóloga y consultora de Tearfund. E-mail: [email protected]