Las personas que viven en zonas áridas e infértiles a menudo se enfrentan a la problemática de obtener vegetales y frutas frescas, esenciales para una vida saludable. A veces, puede que las personas tengan el dinero para adquirir estos productos pero éstos podrían no estar disponibles. Cuando sí están disponibles, puede que estén en muy malas condiciones después de haber sido transportados desde su productor hasta el consumidor.
Recientemente conocí a un anciano que encontró una solución al problema de la escasez de vegetales frescos en su pueblo. Wamba es un pueblo en el distrito de Samburu en la provincia de Rift Valley en Kenya. Está ubicado en una zona seca y semiárida lejos de los pueblos productores de vegetales en Kenya. El suelo es arenoso, las temperaturas son altas y cae poca precipitación, y la mayoría de las personas son pobres y depende de suministros de auxilio del gobierno.
El problema
Hay muy pocas oportunidades de empleo en el pueblo y las personas dependen de los alimentos que traen los comerciantes desde pueblos que se encuentran a aproximadamente 100km de distancia. Las frutas y los vegetales siempre llegan a manos de los residentes de Wamba en malas condiciones debido a la exposición al calor y a otras condiciones adversas durante el transporte. Además, el suministro de estos productos sucede solamente una vez al día, lo que significa que los residentes deben esperar su llegada al caer la tarde y no hay suministros durante los fines de semana.
Una oportunidad
En el 2006 se construyó un pozo perforado en la ribera de un río que cruza cerca del pueblo. El pozo perforado se construyó con el propósito de proveer agua potable limpiapara los residentes pobres. No obstante, el Sr. Stanley Lekutai, un anciano del pueblo, vio otro uso para el pozo perforado. El Sr. Stanley conocía las prácticas agrícolas y sabía cómo cosechar vegetales y cuidar de las cosechas. El pensó que podía depender del pozo perforado e iniciar un huerto de vegetales para suministrar vegetales a los residentes locales. La tierra en Wamba en gran parte es tierra comunal y él sabía que podía adquirir un pedazo sin problemas. Debido a la mala calidad y escasez de un suministro consistente de vegetales al pueblo, el Sr. Stanley sabía que había una gran demanda de vegetales frescos, y dado que el 90% de los miembros de su aldea estaba desempleado él sabía que podía formar un equipo con ellos y empezar una huerta lo suficientemente grande para suministrar al pueblo con los productos requeridos.
El Sr. Stanley decidió intentar la idea. Él se reunió con los oficiales de la organización que construyó el pozo perforado y compartió su idea con ellos. Ellos acordaron dejarlo usar el agua del pozo perforado para cosechar vegetales. El Sr. Stanley fue a su aldea y habló con algunas mujeres sobre sus planes. Él les contó su idea y prometió enseñarles a cultivar la tierra. Él consiguió convencer a 15 mujeres y juntos empezaron la huerta.
El método
- Dividieron el área de 100 x 50 metros en criaderos más pequeños y asignaron cada criadero a una persona específica. Dado que el Sr. Stanley sabía que la tierra no era muy fértil, le aconsejó a los miembros de su grupo primeramente sacar la capa superior de tierra con una pala y amontonarla en algún lugar.
- Excavaron la capa inferior de suelo para crear criaderos huecos y amontonaron la tierra excavada a la orilla de la huerta.
- A lo largo de la orilla de la huerta excavaron una zanja y amontonaron la tierra a lo largo del perímetro de la huerta. Esta zanja y pila de tierra servían para conducir las aguas de escurrimiento de su huerta y así evitar las inundaciones.
- Cercaron la huerta con ramillas espinosas de acacia y fueron a otras zonas más fértiles a recolectar tierra para la capa superior. Mezclaron esta tierra con estiércol de vaca y la extendieron en los criaderos huecos.
- Luego el Sr. Stanley hizo un semillero y sembró col, espinaca y repollo en el mismo. La Misión Católica cercana y las ONG locales lo ayudaron a comprar semillas. El grupo regó el semillero hasta que los retoños estuvieran listos para ser transplantados a su huerta.
Beneficios
Los retoños transplantados crecieron muy bien. El Sr. Stanley y sus compañeros empezaron a cosechar los vegetales y los suministraron a los demás residentes del pueblo a buenos precios. Los residentes se enteraron sobre la huerta y hoy en día acuden allá en gran cantidad al mediodía y en la tarde a comprar vegetales para sus comidas.
El Sr. Stanley y sus compañeros se han beneficiado de sus esfuerzos pues ahora tienen:
- una fuente de ingreso
- un trabajo que realizar durante el día
- vegetales frescos para sus familias y la comunidad
- un negocio que usa sus conocimientos, destrezas y energía.
El establecimiento de la huerta también ha atraído a varias organizaciones a su aldea que han prometido ayudar al Sr. Stanley y a su grupo a obtener cualquier ayuda que necesiten, como adquirir pesticidas y semillas. Los residentes locales también han admirado la huerta y junto con las escuelas de la zona la han visitado para aprender más sobre la creación y el manejo de la misma. Esta huerta ha demostrado que en zonas semiáridas también puede haber vegetales frescos.
Loiboku Jeremy, Ereto Group, PO Box 43, 60300 Isiolo, Kenya.
Email: [email protected]
Cómo sembrar en un saco
Una nueva idea que hemos aprendido recientemente es usar un saco para sembrar vegetales dentro del mismo. Yo espero que esta idea ayude a los lectores de Paso a Paso alrededor del mundo. Esta idea puede funcionar en zonas urbanas, rurales y remotas también.
- Se toma un saco de 100kg y una lata de cuatro litros vacía. Se corta la parte superior e inferior de la lata para formar un tubo y se coloca la lata en el fondo del saco.
- Dentro de la lata se colocan piedras, y luego se coloca tierra fértil alrededor de la lata. Después se saca la lata de la tierra y se colocan más piedras en la lata a este nuevo nivel con más tierra fértil alrededor.
- Se repite este proceso hasta que el saco esté lleno con una columna de piedras en el centro y tierra alrededor de las piedras. Esto sirve para ayudar al agua a extenderse fácilmente hacia la tierra en el saco.
- En todo el saco se cortan huecos separados a aproximadamente 10cm. En estos huecos y en la parte superior del saco se transplantan retoños de un semillero, separados a aproximadamente cuatro pulgadas. Nosotros lo hemos probado con col, cebollas y tomates.
- Se agregan aproximadamente 20 litros de agua cada tres o cuatro días.
Pastor George Guyo Wako, Africa Inland Church, Titila, c/o Box 21028, 00505, Nairobi, Kenya