Benjamin Ramo tiene 60 años de edad y vive en Gilbert Camp, Malaita, en las Islas Salomón. Benjamin desarrolló diabetes hace nueve años. Después de sufrir complicaciones a largo plazo con una septicemia (envenenamiento de la sangre), finalmente perdió su pierna derecha cuando ésta se infectó y tuvo que ser amputada.
Benjamin recibió una prótesis (pierna artificial) y, después de recibir fisioterapia, pudo movilizarse con la ayuda de muletas. Con el tiempo, Benjamin se dio cuenta de que necesitaba una silla de ruedas para movilizarse con mayor facilidad en el interior y para aliviar las úlceras por presión causadas por la prótesis.
La situación de Benjamin es común en los países en vías de desarrollo, donde incluso el acceso a una silla de ruedas puede ser un desafío. El Informe Mundial sobre la Discapacidad estima que el 15 por ciento de la población mundial vive con algún tipo de discapacidad, por lo tanto, el suministro adecuado de sillas de ruedas es muy importante. La Organización Mundial de la Salud estima que el 10 por ciento de la población con discapacidad requiere una silla de ruedas; eso asciende a 105 millones de personas en todo el mundo.
En respuesta a esta necesidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó las Pautas para el suministro de sillas de ruedas manuales en entornos de menores recursos (véase Recursos para obtener más información sobre las pautas). Estas pautas ofrecen importantes recomendaciones dirigidas a los servicios de sillas de ruedas y otras personas involucradas en la provisión de sillas de ruedas para “promover la movilidad personal y mejorar la calidad de vida de los usuarios de silla de ruedas”.
Las pautas abarcan la política y planificación a nivel nacional para la creación de servicios sostenibles de sillas de ruedas, así como la promoción de una mejor calidad de sillas de ruedas y mejorar la forma en que los usuarios reciben sillas de ruedas.
Sillas de ruedas adecuadas y de buena calidad
Para cumplir con las Pautas de la OMS para sillas de ruedas, las sillas de ruedas deben dar respuesta a las necesidades individuales. En primer lugar, la silla de ruedas debe ser del tamaño adecuado para el usuario. Si una silla de ruedas es demasiado grande, el usuario no podrá llevarla de manera independiente. Si es demasiado pequeña, puede causar retraso en el crecimiento, escoliosis (curvatura de la columna) y úlceras por presión. Una silla de ruedas sin el apoyo adecuado puede afectar en especial a los niños con parálisis cerebral, dificultándoles comer, beber, y sentarse en posición vertical.
En segundo lugar, las sillas de ruedas también deben ser adecuadas para el entorno del usuario. Si el terreno es difícil, la silla de ruedas debe ser capaz de superar los obstáculos y no volcarse. Para prevenir enfermedades potencialmente mortales, como las úlceras por presión, debe proporcionarse un colchón adecuado junto con la silla de ruedas.