En la costa atlántica de Honduras vive el grupo étnico garífuna. Hablan su propia lengua y cuentan con una rica tradición de danza y música. Lamentablemente, entre los garífunas los índices del VIH son cinco veces más altos que en el resto del país.
En las comunidades garífunas, la mayoría de las personas que viven con VIH mantiene en secreto su estado debido al estigma y la discriminación. Temen que se les pida que renuncien a sus empleos. Las familias generalmente tratan a las personas con VIH como parias y la gente les ponen apodos insultantes.
AMIGA Garífuna es una organización que trabaja en las comunidades de este grupo étnico, capacitando a los pastores y los líderes comunitarios en VIH, incluidas la prevención y las formas de abordar el estigma. Xiomara Guzmán es una líder de la iglesia y la comunidad que ha asistido a las sesiones de capacitación que proporciona AMIGA y ya puede apreciar los beneficios que el apoyo recibido de esta organización ha aportado en su vida, la iglesia y la comunidad. “He podido adquirir muchas habilidades y conocimientos, gracias a los cuales ahora puedo hablar con la gente y apoyar a las familias afectadas por el VIH”, afirma Xiomara.
La líder asegura que las iglesias antes ignoraban o condenaban el VIH. No obstante, ahora la situación ha comenzado a cambiar. “Como iglesias, comenzamos a adoptar un nuevo enfoque”, señala Xiomara. “Estamos respondiendo con compasión, paciencia y amor. Las iglesias están ofreciendo apoyo psicológico y orientación a las personas que viven con VIH. La mentalidad de la gente está cambiando y se está recuperando la autoestima”.
AMIGA cree que el reconocimiento público del VIH ayudará a reducir el estigma y, en última instancia, ayudará a prevenir la infección. Pero aún queda un largo camino que recorrer para superar el desafío. Siguen existiendo factores de riesgo que contribuyen a los altos índices de personas con VIH, como la pobreza, el abuso, la desigualdad de género y la falta de acceso a la educación y la atención de la salud. Sin embargo, la Iglesia, por medio de su papel de prédica del amor de Jesús, tanto en la palabra como en la acción, es un comienzo esperanzador.
Norman Molina es el responsable de proyectos de la oficina de Tearfund para Centroamérica.