Este documento delineó la visión de la coalición sobre los problemas más importantes que enfrentaba la nación, a saber: valores nacionales compartidos, desarrollo económico, constitucionalismo y tolerancia política. El documento asimismo resumió los sueños y las aspiraciones de la iglesia y el pueblo de Zimbabue. Junto a este documento, ZHOCD lanzó la campaña «The Zimbabwe We Want». Cuando ZHOCD se une para abordar un determinado asunto, el Gobierno nacional suele prestar atención a sus opiniones. La iglesia es inmensamente respetada en Zimbabue, ya que la mayor parte de la población es cristiana, como se atestiguó cuando el expresidente, Mugabe, asistió al evento de lanzamiento de la campaña.
Una de las formas clave en que la campaña ha tenido impacto en la nación es respondiendo en unidad durante las elecciones nacionales. En 2006, el presidente Mugabe todavía estaba al mando del país. Sin embargo, a medida que Mugabe envejecía, los disidentes políticos se empezaron a hacer oír más y más. Esto llevó a una supresión del debate político y profundas divisiones en el país.Sin embargo, en 2008, Zimbabue celebró elecciones nacionales. Estas elecciones fueron muy disputadas, pero incluso en esta coyuntura de división política nacional, ZHOCD se mantuvo unida.
Guiados por la visión de la campaña «The Zimbabwe We Want», ZHOCD desempeñó un papel significativo en la creación del Acuerdo Político Global, mediante el que los partidos políticos compartieron el poder después de las elecciones. Esto contribuyó a estabilizar al país y al sistema político, pese a que estaban divididos.
En una elección nacional posterior en 2018, ZHOCD volvió a desempeñar un papel significativo. Antes de las elecciones de ese año, ZHOCD formó un registro de oración. Si bien había preocupaciones sobre el nuevo sistema de registro de votantes biométrico, ZHOCD se unió para movilizar a sus iglesias a fin de que cumplieran con su deber cívico de votar. Sorprendentemente, un 85 % de las personas con derecho a voto asistió a las urnas en la elección de 2018, en la que muchas más mujeres y personas jóvenes se comprometieron con el proceso democrático de votación en comparación con años anteriores. Desafortunadamente, los resultados de las elecciones fueron cuestionados, y algunos ciudadanos que no estaban contentos se manifestaron contra él. Estas protestas se volvieron violentas rápidamente y siete personas civiles no armadas murieron a manos de soldados del ejército nacional. Mientras esto sucedía, ZHOCD actuó para restaurar la paz, intentando reconciliar a las distintas facciones. La coalición también denunció la violencia, cosa que dejó en claro cuando se reunió con funcionarios gubernamentales clave. El nuevo presidente, Mnangagwa, invitó entonces a los candidatos que no resultaron elegidos a mantener discusiones en un espacio para el diálogo llamado Political Actors Dialogue (POLAD). La iglesia apoyó la creación de este espacio. Como resultado, hubo muchos esfuerzos bilaterales sobre una variedad de asuntos, que fueron apoyados por ZHOCD.
Si bien la relación entre la campaña «The Zimbabwe We Want» y el Gobierno no ha estado libre de dificultades, ZHOCD está buscando ampliar la campaña para que las comunidades locales y las iglesias participen en debates sobre políticas públicas y tender un puente entre ellas y las personas responsables de la formulación de políticas nacionales. La campaña asimismo desea mantener su colaboración con el Gobierno de Zimbabue fuera de los períodos electorales.