«En mi casa no hubo agua corriente durante cinco años», asegura Livson Mponda, de Gokwe, un pueblo de Zimbabue.
En consecuencia, los miembros de su familia tenían que caminar dos kilómetros para ir a buscar agua al río, y sus hijos se enfermaban a menudo después de beberla. La única alternativa era comprar agua, lo cual Livson rara vez podía permitírselo.
Varios voluntarios de la iglesia, conocidos como «facilitadores comunitarios», capacitados por la organización Evangelical Fellowship of Zimbabwe, comenzaron a reunir información acerca de la situación del agua en la zona donde vive Livson. Durante una reunión para recibir retroalimentación de la comunidad, compartieron esta información con la municipalidad. La municipalidad se tomó en serio las preocupaciones de los facilitadores y restableció el suministro de agua.
Livson afirma: «El día en que volvió a salir agua de la llave fue todo un acontecimiento en mi vida. Estoy realmente impresionado de ver que la iglesia ha actuado como un motor de desarrollo tan importante en esta comunidad. En pocos meses, logramos lo que no pudimos conseguir en años».
Reunión de información
Los facilitadores comunitarios ayudan a su comunidad a entender sus derechos y responsabilidades. Además, monitorean los gastos públicos y emplean otras herramientas de responsabilidad social, como las tarjetas de puntuación y el periodismo ciudadano, para reunir información sobre los problemas y las inquietudes locales (véase Las iglesias como facilitadoras del cambio).
Uno de estos facilitadores, Henry Madakadze, dice: «Cuando utilizamos las tarjetas de puntuación, la gente nos brinda información detallada y precisa sobre los servicios de agua, saneamiento y gestión de desechos. Luego, nos reunimos con la municipalidad local y les entregamos la información que recopilamos. Los concejales municipales nos apoyan mucho en el trabajo que estamos haciendo y nuestro trabajo los incentiva a adoptar medidas».
Nyasha Chikwamure, otra facilitadora, se capacitó en periodismo ciudadano. «Escribimos un artículo sobre la recolección de basura», dice. «No contábamos con un basural, de modo que la basura se acumulaba. Después de la publicación del artículo, la municipalidad abordó el problema y ahora contamos con un basural como se debe».
Los líderes de la iglesia desempeñan un importante rol en el proceso. «Después de la capacitación, pude animar a mi congregación a entender la Constitución», cuenta el pastor Tshabalala. «Les enseñé a conocer sus derechos. También les recomendé ser responsables con su comunidad y pagar sus cuentas de forma oportuna para recibir servicios adecuados».