Ir al contenido Pasar al consentimiento de las cookies
Ir al contenido

Entrevistas

Entrevista: La transformación de las cárceles en África

Alexander McLean, fundador del African Prisons Project (Proyecto sobre Prisiones Africanas), comparte los extraordinarios resultados del trabajo dirigido a apoyar a los presos a estudiar derecho

2018 Disponible en Inglés, Francés, Portugués y Español

Gracias a Susan Kigula, estudiante de derecho en la cárcel, cientos de presos en el corredor de la muerte fueron perdonados. Foto: African Prisons Project

Gracias a Susan Kigula, estudiante de derecho en la cárcel, cientos de presos en el corredor de la muerte fueron perdonados. Foto: African Prisons Project

Un preso con un overol amarillo en la Cárcel de Luzira (Uganda) limpia el suelo de una celda

De: Cárcelos y presos – Paso a Paso 104

Consejos prácticos sobre cómo involucrarse en el ministerio de prisiones y la asistencia a los exconvictos

Hace diez años, Alexander McLean fundó la organización African Prisons Project (Proyecto sobre Prisiones Africanas, APP). La organización realiza enormes esfuerzos para mejorar las condiciones de vida en las cárceles por medio de la atención de la salud, bibliotecas, educación y capacitación profesional. Sin embargo, APP lleva a cabo una tarea aún más revolucionaria: apoya a los presos y al personal carcelario a realizar estudios de derecho. Los resultados son asombrosos.

¿Qué lo inspiró a comenzar su trabajo en las cárceles?

Cuando tenía 18 años, fui a trabajar de voluntario en un hospital para enfermos terminales en Uganda. Como parte de este trabajo, me tocó pasar tres meses en el Hospital de Mulago, el hospital de derivación nacional de Uganda. En este hospital había algunos presos, y me di cuenta de que a muchos de ellos los habían rechazado en sus comunidades por considerar que eran buenos para nada. Fue una época de gran aprendizaje en mi vida. 

Al entrar en contacto con presos enfermos, muchos de ellos, adolescentes, me interesé en visitar la prisión de donde venían. Terminé remodelando el hospital de la cárcel de máxima seguridad de Uganda con la colaboración de los presos y el personal carcelario. En consecuencia, el índice de mortalidad de la cárcel disminuyó de forma considerable. Me pregunté por qué, en los países donde hay tantas ONG, tan pocas de ellas trabajan en las cárceles. Por lo tanto, durante mi segundo año en la universidad, decidí fundar African Prisons Project con el objeto de devolver la dignidad y las esperanzas a los hombres, las mujeres y los niños que se encuentran en las cárceles.

¿Cuáles son los problemas de las condiciones de vida en las cárceles?

En países de África Subsahariana, como Uganda y Kenia, durante las últimas décadas la población ha crecido de forma vertiginosa. Como resultado, se ha producido un enorme aumento en el número de personas que se envía a la cárcel, y la capacidad carcelaria sencillamente no se ha adaptado en consecuencia. En las cárceles existe un enorme hacinamiento, que a su vez lleva al límite todos los recursos. Este problema implica que los presos no suelen estar bien alimentados y que en sus celdas no siempre tienen un lugar donde acostarse para dormir por la noche. El servicio carcelario se encuentra bajo una enorme presión y no recibe suficientes fondos para satisfacer las necesidades de los presos.

Alexander, conversando con un preso. Foto: Andrew Philip

Alexander, conversando con un preso. Foto: Andrew Philip

¿Cómo considera que pueden lograrse cambios a gran escala en las condiciones de vida de las cárceles?

Para mí, el punto de partida es asegurar que en las cárceles solo estén las personas que necesitan estar en ellas.  

Aunque APP ha obtenido premios por su trabajo en el ámbito de la salud y la educación básica, nos percatamos de que la mayoría de las personas a quienes estábamos asistiendo no estarían en la cárcel si hubieran tenido acceso a servicios legales de calidad. Se nos ocurrió capacitar al personal carcelario y a los presos en el área legal, con el fin de que pudieran apelar sus propios casos o los de los demás presos. Gracias a esta iniciativa, muchos presos han sido absueltos o han logrado reducir sus condenas, lo cual ha ayudado a disminuir el hacinamiento en las prisiones en las que trabajamos.  

Nosotros consideramos que no es necesario encarcelar por rutina a aquellas personas que están a la espera de juicio por delitos menores.  

También pensamos que es importante destacar lo que se está haciendo bien en las cárceles. Los servicios carcelarios suelen mencionarse en las noticias debido a sus problemas, pero también queremos destacar aquellos que están haciendo cosas muy positivas. Queremos trabajar con líderes que tengan una visión de cambio y decirles: «Los ayudaremos a movilizar recursos y servicios de apoyo».  

Nuestro propósito es formar parte de una comunidad que esté buscando la manera en que las cárceles puedan convertirse verdaderamente en lugares que tengan el potencial de transformar vidas. También queremos compartir las buenas prácticas de África Oriental con el resto del mundo. En las prisiones de Kenia y Uganda, se están haciendo cosas sobre las que los países de ingresos más altos podrían tomar nota.

¿Qué logros le gustaría a APP conseguir en el futuro?

APP está pasando de ser de una ONG dedicada a servicios de asistencia social en las cárceles a una organización que empodera a la gente por medio de los conocimientos legales. Estamos haciendo posible que los presos y el personal carcelario se capaciten como auxiliares jurídicos y estudien derecho en la Universidad de Londres. Gracias a esta capacitación práctica, pueden proporcionar servicios jurídicos de la más alta calidad a las personas marginadas de la sociedad y a quienes no pueden permitirse contratar abogados. 

En Uganda y Kenia, se ha liberado a unas tres mil personas de las cárceles gracias a haber recibido servicios legales por parte de personas capacitadas por nuestra organización. Nuestro objetivo es que esta cifra aumente a treinta mil personas para el año 2020. 

Estamos muy contentos porque estamos creando un modelo de prestación de servicios legales de alta calidad en toda Uganda y Kenia a personas en conflicto con la ley. Posteriormente, nos proponemos extender este modelo a otros lugares de África y otros continentes. En el mundo, generalmente son las personas en situación de pobreza quienes van a la cárcel y las personas más ricas son quienes se titulan de abogados. Sin embargo, quienes tienen experiencia de primera mano en el conflicto con la ley están bien posicionados para proporcionar asistencia legal a las personas que no tienen recursos.

¿Tiene alguna experiencia relacionada con su trabajo que lo haya inspirado en particular?

¡Muchas! Me siento especialmente orgulloso de Susan Kigula, que fue nuestra primera estudiante mujer en Uganda. Comenzó a estudiar mientras se encontraba en el corredor de la muerte, y fue una de las mejores estudiantes de derechos humanos en la Universidad de Londres. Estableció un despacho de asesoramiento legal en la cárcel y llevó un caso que resultó en la abolición de la imposición obligatoria de la pena de muerte por asesinato y robo a mano armada. Susan y cientos de otros presos en el corredor de la muerte fueron perdonados. 

Me siento orgulloso de formar parte de una comunidad de personas que utilizan la ley para cambiar las vidas de los demás ahora y en el futuro. Estas personas no solo están ayudando a individuos a recuperar su libertad, sino también a cambiar la ley a escala nacional y a construir naciones más justas.  

¿Qué consejo le daría a la gente que quiere involucrarse en los ministerios de las prisiones?

Con la ingenuidad de mis 18 años y con una clara conciencia del bien y el mal, me abrí camino a empujones para trabajar en la cárcel. Ahora he aprendido que las cárceles son comunidades complejas. Mi consejo sería:

  • Establezcan relaciones. Las personas que venimos de fuera debemos esforzarnos más por escuchar que hablar, y dedicar tiempo a establecer relaciones, incluso con las personas cuyos puntos de vista nos resulte difícil entender.  
  • No subestime a los presos ni al personal carcelario de bajo rango. Estas personas tienen experiencia, talentos y capacidad de resiliencia, ya que para sobrevivir en las cárceles es necesario ser creativo y perseverante. El personal carcelario es, generalmente, infravalorado y mal pagado, pero puede cumplir un papel clave en la tarea de convertir las cárceles en lugares de transformación positiva. En APP, trabajamos en estrecha colaboración con el personal de la cárcel de todo nivel porque sabemos que, en última instancia, ellos son quienes pueden cambiar las condiciones de las prisiones. 
  • No caiga en el error de pensar que los presos son personas dependientes. Creo que, a veces, cuando vemos a alguien cuya vida parece demasiado dura, pensamos: «lo que necesita es que le proporcionemos cosas materiales». Considero que lo que todos necesitamos realmente es que se nos brinde la oportunidad de tener un futuro que sea diferente a nuestro pasado. No deberíamos precipitarnos a juzgar, sino a querer a las personas, ya sea en la cárcel o fuera de ellas. 

Alexander McLean es el fundador y director general de African Prisons Project y recibió la capacitación del programa Individuos Inspirados, de Tearfund. 

Sitio web: www.africanprisons.org
Correo electrónico: [email protected]

Ver o descargar este recurso

Obtenga este recurso

Contenido con etiquetas similares

Comparta este recurso

Si este recurso le ha parecido útil, compártalo con otras personas para que ellas también puedan beneficiarse

Suscríbase ahora para recibir la revista Paso a Paso

Una revista en formato digital e impreso para las personas que trabajan en el desarrollo comunitario. La revista cubre una amplia gama de temas y se publica tres veces al año.

Suscríbase ahora - Suscríbase ahora para recibir la revista Paso a Paso