Encontrar un baño decente o agua apta para su consumo o para lavarse es una lucha diaria para millones de personas. Pero para quienes tienen una discapacidad, el desafío suele ser incluso mayor.
Esto se debe a muchas razones:
- Falta de consultas. Los baños y las fuentes de abastecimiento de agua normalmente se construyen sin tener en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad. Por ejemplo, a veces hay escalones o no hay suficiente espacio para que las personas en silla de ruedas puedan maniobrar.
- Estigma y discriminación. El estigma asociado con la discapacidad en algunas comunidades implica que las personas con ciertas deficiencias no puedan utilizar los mismos baños y fuentes de abastecimiento de agua que utilizan los demás. Además, algunas personas se avergüenzan de los miembros de su familia con discapacidad y los mantienen escondidos. Esto significa que a estas personas no se las involucra en ninguna de las decisiones que toman sus comunidades en materia de agua y saneamiento.
- Restricciones económicas. Es posible que las personas con discapacidad y sus familias no tengan suficiente dinero para construir baños adecuados o adaptar las fuentes de abastecimiento de agua con el fin de hacerlas más accesibles.
El Impacto
Si estos problemas no se solucionan, los niños, las niñas y los adultos podrían:
- tener dificultades para ir a la escuela, a actividades de capacitación y a eventos de la comunidad porque no hay baños adecuados;
- quedar expuestos al abuso y al abandono debido al aislamiento y la dependencia de otras personas;
- tener que defecar en contenedores dentro de sus hogares o al aire libre, con el consecuente aumento del riesgo de enfermedades;
- tener dificultades para cuidar de su higiene personal y mantener su ropa limpia, lo cual perjudica su salud, su autoestima y la manera en que los demás los tratan;
- perder la confianza en sí mismos y no estar dispuestos a hablar de sus necesidades; y
- ver que, sin educación ni independencia, se pierden las esperanzas de tener una carrera y un medio de vida digno, lo cual los sume en la pobreza.
Puede resultar muy humillante tener que depender de los demás para satisfacer las necesidades más básicas y personales. Además, supone una alta carga de trabajo para la familia. A los niños y las niñas —especialmente las niñas— los obligan a abandonar la escuela para asistir a los miembros de la familia con una discapacidad.