por Michael Madany
Cuando empecé el trabajo de silvicultura agrícola con las comunidades en Somalia en 1985, me pregunté cómo iba a resolver el problema de transportar las plántulas. Las plántulas que crecen en bolsitas de polietileno necesitan de mucho cuidado mientras son transportadas a fin de que no se dañen antes de ser plantadas.
Los agricultores necesitaban plántulas en la época de lluvia cuando aunque hubiera transporte, era imposible por la condición de las carreteras. Además, yo no quería que la gente dependa de los camiones para poder entregar los árboles. Entonces contraté a un carpintero de la zona para que hiciera unas cajas de madera que usamos por varios años hasta que la madera se malogró y se deshicieron. El tamaño de estas cajas fue otra desventaja - cabían como 30 macetas y eran demasiado pesadas para que cualquier persona normal pudiera cargarlas a cierta distancia.
En 1988 consideré otra solución. Compré del mercado algunas latas vacías de 20 litros de capacidad, que antes habían sido usadas para aceite vegetal. No eran caras. Las pintamos para que no se oxidaran y les pusimos manijas de soga en dos lados. Estas latas - llamadas biib en el idioma de la zona - tenían muchas ventajas...
Parecían ser más fuertes y eran más baratas que las cajas de madera.
- Su tamaño significaba que sólo se podían cargar como 10 árboles. Esta carga no era demasiado pesada y la gente podía cargarlas a distancias de 3-5 km. El tamaño de las latas protegía a las macetas.
- Si había transporte por camión las latas eran una manera práctica de organizar la carga y llevar las plántulas.
- Las latas se cargaban con las plántulas la noche antes de sembrarlas. Se echaba agua a un nivel de más o menos 20 cm. El agua en exceso se botaba al día siguiente, antes de sacar a los árboles del vivero. Esto aseguraba que los árboles se sembraran con suficiente agua.
- Las latas también servían en el semillero y los huertos de demostración cuando no estábamos sembrando árboles. Se usaban para cargar agua y tierra.
Estoy seguro de que hay latas similares en los mercados de otras partes del mundo y animaría a otros grupos a que vieran la utilidad de estas latas.
Michael Madany trabaja con World Concern, Box 61333, Nairobi, Kenia. Este artículo se publica con el permiso de Baobab.