Antes que nada
En una emergencia habrán varias cosas que requerirán de su atención al mismo tiempo. Si trata de hacer todo simultaneamente con facilidad se distraerá de los asuntos esenciales. Al llegar al lugar de la emergencia…
1 Evalúe la situación
- Rápidamente aprecie lo que ha sucedido.
- Identifique posibles peligros para usted y la víctima.
- Asegure el área.
2 Evalúe las víctimas
- Una persona inconsciente siempre será prioritaria y requerirá de atención inmediata para asegurar de que pueda respirar.
- Sólo entonces puede usted comenzar a evaluar las heridas.
3. Circulación
Verifique la circulación (para comprobar si el corazón está latiendo) tocando con dos dedos la nuez de la garganta (bulto sobre la laringe). Deslice los dedos hacia un costado de la laringe y sienta el pulso. Si el corazón ha dejado de latir, practique compresiones del pecho para tratar de reactivar el corazón. Coloque la palma de una mano sobre el punto donde las costillas se unen con el esternón. Coloque su otra mano encima entrelazando los dedos. Con los brazos derechos presione con firmeza el esternón unos 4–5 cm. Afloje la presión y repita las compresiones, haciendo aproximadamente 80 por minuto. Si la víctima tampoco está respirando, alterne 15 compresiones con dos respiraciones boca a boca hasta que llegue ayuda. Pare el derrame de sangre aplicando presión firme sobre la herida por 15 minutos. Nunca use un torniquete.
La posición de recuperación
Esta es la mejor posición para una persona inconsciente o que esté sufriendo un ataque. Les permite respirar con facilidad y previene que se atragante. Luego de haber verificado los tres puntos mencionados, doble el brazo más cercano a usted, poniendo la mano cerca de su cabeza. Luego traiga el otro brazo sobre el pecho del paciente, y tenga las dos manos del paciente con una suya. Con la otra mano tome la pierna más lejos de la víctima, y doblándole la rodilla voltéelo hacia usted de tal manera que quede acostado en esta posición.
Practique ahora los procedimientos de primeros auxilios con un amigo. Mejor aún, y si es posible, asista a un curso de primeros auxilios. La organización St John’s Ambulance tiene varias subsidiarias en diferentes partes del mundo. ¡Algún día sus conocimientos de primeros auxilios podrían salvar una vida!