El Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 es muy sencillo: «garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos». Las dos últimas palabras son clave. Solo lograremos el objetivo de energía limpia para todos si tenemos en cuenta las necesidades y las esperanzas de una de cada siete personas en el mundo que vive con una discapacidad.
El reemplazo generalizado y mundial de los combustibles fósiles por energía renovable ayudará a reducir el cambio climático y su impacto en las personas más vulnerables.
Esto es particularmente importante para las personas que viven con alguna discapacidad, a quienes se les puede dificultar adaptarse a los cambios climáticos o sobrellevar desastres naturales causados por el clima.
Además, los sistemas de energía renovable a pequeña escala pueden suministrar electricidad y biogás a un precio asequible a las comunidades que todavía no están conectadas a la red eléctrica.
Esto puede generar nuevas oportunidades para que las personas con discapacidad puedan acceder a la educación y capacitación, encontrar empleos donde se utilizan computadores o emprender pequeños negocios, como talleres de costura.
También permite utilizar dispositivos de apoyo, como sillas de ruedas eléctricas.
El humo que emana de las cocinas con fuego puede causar enfermedades y discapacidad, pues afecta los pulmones y los ojos de las personas, o bien puede agravar las discapacidades existentes. Un mayor uso de aparatos más limpios, como las cocinas a biogás o que funcionan con energía solar, reducirá las discapacidades y contribuirá a mejorar la salud de todos.
La luz eléctrica mejora la seguridad por las noches y reduce los riesgos de accidentes causados por el uso de velas, lámparas de queroseno y fuegos abiertos.
Planificación inclusiva
A medida que las iniciativas y estrategias de energía sostenible cobran popularidad, es fundamental que las personas con discapacidad y las organizaciones que las representan participen en todos los aspectos de la planificación y la toma de decisiones. Para lograrlo, los encargados de planificar los proyectos deberían hacer lo siguiente:
- recopilar información sobre el uso y las necesidades energéticas, además del impacto del cambio climático en las personas y las comunidades, prestando especial atención a factores como la discapacidad, la edad y el género;
- utilizar dicha información para guiar la toma de decisiones y defender los derechos de las personas que corren el riesgo de no ser tenidas en cuenta;
- facilitar el acceso a las reuniones comunitarias a personas con distintas necesidades y asegurarse de que la información acerca de los proyectos está disponible en diferentes formatos, tales como lenguaje de señas, difusiones radiales y folletos que sean fáciles de leer;
- considerar ofrecer oportunidades de capacitación a las personas con discapacidad para que puedan obtener empleos, como por ejemplo, realizar el mantenimiento de las turbinas de viento o los paneles solares.
Esto ayudará a garantizar que los beneficios de la energía sostenible, confiable y asequible lleguen a todas las personas de la comunidad de manera justa e inclusiva.