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Estudios bíblicos

Reconciliación

La reconciliación transforma las relaciones dañadas en relaciones de confianza

Escrito por Richard Serrano 2024 Disponible en Inglés, Español, Portugués y Francés

Una mujer, un niño y una niña se sientan en la cama de su casa en Colombia y miran juntos una Biblia

Una familia venezolana en Colombia lee la Biblia. Foto: Luis Álvarez/Tearfund

En Burundi, un hombre sonriente se encuentra en medio de un grupo de mujeres sentadas y vestidas con ropas coloridas.

De: Paz y reconciliación - Paso a Paso 121

Medidas que podemos tomar para ayudar a construir la paz y fomentar la reconciliación en nuestros hogares y comunidades

La Biblia nos dice que Dios creó un mundo bueno y en paz. Un mundo en que los seres humanos podían vivir en hermandad y armonía con Dios y con los demás. 

Pero la desobediencia del ser humano quebrantó la paz y, como resultado, se vieron afectadas las relaciones y surgió el conflicto (Génesis 3).

A pesar de ello, Dios no nos abandonó. Nos ama tanto que envío a Jesús a «reconciliar consigo mismo todas las cosas […] habiendo hecho la paz mediante la sangre de su cruz» (Colosenses 1:20). 

Lea 2 Corintios 5:17–21

La palabra «reconciliar» significa unir o reparar todo lo que se ha quebrantado. Este tipo de sanidad va más allá que la simple ausencia del conflicto. La reconciliación se trata de transformar las relaciones quebrantadas en relaciones de confianza.

En un mundo en el que existe tanto conflicto y tanta división, la iglesia esta llamada a ser una comunidad de personas que construyen paz (Mateo 5:9). A través de la vida, la muerte y la resurrección de Jesús —y el perdón que esto trae— se nos ha dado un mensaje y un ministerio de reconciliación (2 Corintios 5:18–19).

Al trabajar por la paz y la reconciliación, nosotros hacemos lo siguiente:

  • imitamos el carácter amoroso de Dios, al querer lo mejor para las personas;
  • resistimos las demandas de las personas, las ideas, los sistemas y las estructuras que van en contra de los propósitos de Dios;
  • compartimos el gozoso mensaje de la reconciliación con Dios a través de Jesús; 
  • damos esperanza a la gente.

La reconciliación no es fácil. Requiere humildad, tiempo y paciencia. Pero, como el Espíritu Santo nos ayuda a deshacernos del poder destructor de las heridas pasadas y de la ausencia de perdón, podemos ayudar a los demás a hacer lo mismo. 

Preguntas para el debate

  • ¿En qué ocasiones ve conflictos entre las personas en el hogar, la iglesia o la comunidad?
  • ¿Qué causa estos conflictos?
  • ¿Qué acciones puede emprender para construir paz en estas situaciones y ayudar a las personas a alcanzar espacios de reconciliación?
  • ¿Hay alguna persona en su vida con quien debería buscar la reconciliación? ¿Cómo lo haría?

Escrito por

Escrito por  Richard Serrano

Richard es Gerente del equipo de Teología y Trabajo en Redes en la región de América Latina y el Caribe.

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