La Unión Bíblica del Perú, hace poco, construyó un nuevo edificio para sus oficinas justo en el centro del barrio comercial de Lima, una zona ‘trabajada’ por los niños de la calle. Detrás de estas oficinas han construido el Centro Girasol, un centro para los niños de la calle.
Para entrar hay que subir por unas escaleras angostas, completamente separadas de la entrada a la oficina principal. Hay una parte asfaltada transformada en cancha de fútbol con bancos a su alrededor. Pueden hospedarse hasta 60 niños en condiciones básicas pero con buenas facilidades de aseo. Hay además tres grandes salas de trabajo para usar como panadería, taller de aparatos eléctricos y una sala de arte. El centro lleva el nombre de Jesús, ‘la luz del mundo’. Así como los girasoles se vuelven hacia la luz durante el día, se espera que los niños de la calle se transformen en girasoles, mirando hacia la luz de Jesús.
Día y noche
Hay dos áreas principales de trabajo:
- los niños de la calle que se quedan en el centro durante las noches. Por lo general, no tienen lazos familiares.
- los niños que vienen al centro durante el día pero que no se quedan durante la noche.
El proyecto fue iniciado en agosto 1993 por el director Pablo Lavado y otros dos empleados a jornada completa y varios voluntarios, casi todos jóvenes de la iglesia de Pablo. El trabajo es muy exigente y el comportamiento de los varones es muy difícil. Se necesitan más voluntarios y Pablo espera visitar otras iglesias para poder compartir la visión de su trabajo con ellas.
Las reglas son pocas: deben ducharse todos los días y pueden entrar y salir sin restricciones durante la tarde, pero si desean permanecer durante la noche tienen que regresar antes de las 21.30hrs sin drogas ni dinero. Si infringen estas reglas, como castigo, los niños quedan excluídos del centro durante 1 ó 2 semanas.
El trabajo tiene cuatro etapas…
Según Pablo, la primera etapa es exponer a los niños al trabajo del centro. Pueden llegar para las comidas, para jugar fútbol, etc. Al cabo de unos meses, se les pedirá que elijan si desean permanecer en el centro y vivir de acuerdo a las simples reglas; sólo pueden quedarse los varones. Se les preguntará si desean quedarse y empezar a ir a la escuela con el apoyo del centro. Durante la segunda y tercera etapa, los niños recibirán capacitación en destrezas prácticas por las tardes. Se recibirán ingresos de los trabajos realizados en las tres áreas: trabajo de reparación eléctrica, trabajos artísticos y de cestería y, sobre todo, de la panadería. Esta estará equipada como una panadería comercial y contará con un panadero trabajando a jornada completa, usando a los niños como mano de obra y capacitándolos al mismo tiempo.
El papel de las iglesias
Una vez que los niños hayan asistido a la escuela durante un año, la oración de Pablo es que haya una casa disponible que provea a los niños con un ambiente familiar. Lo ideal sería conseguir familias adoptivas, pero al principio esto será muy difícil. El cambio de actitud en las iglesias de Lima se producirá con lentitud. Pablo ya ha podido observar que a través de los voluntarios, los niños reciben invitaciones para salir a almorzar o para pasear por la ciudad con distintas familias.
Para contactarse con Pablo Lavado dirigirse a: Unión Bíblica del Perú, Apdo 3159, Lima 1, Perú.