por Richard Franceys.
Todos sabemos que el agua es un don maravilloso. Cae en forma de lluvia y se recolecta en arroyos y ríos o bajo tierra. Podemos tomarla de allí para beber, cocinar, bañarnos y lavar la vajilla y la ropa.
Debemos tener agua para poder vivir. Todos contamos ya con algún tipo de suministro de agua; si no fuese así no podríamos vivir. Sin embargo, muchas personas preferirían tener un suministro de agua de mejor calidad y más a la mano. Esto es lo que cuesta dinero.
¡Salud!
Para invertir este dinero, el gobierno o los proyectos de ayuda necesitan convencer a la gente de que el suministro de agua potable acarrea beneficios que se pueden cuantificar. El beneficio más evidente es un mejoramiento de la salud. Ninguno de nosotros quiere que los niños o los parientes más débiles padezcan de enfermedades diarreicas tales como la disentería o el cólera. La Organización Mundial de la Salud nos informa que más de tres millones de niños mueren cada año a causa de las diarreas. Pero la disminución significativa de las enfermedades que puede derivar del mejoramiento del suministro de agua sólo se materializa cuando se mejoran también el saneamiento y la educación sanitaria.
Al igual que las tres patas de un taburete o las tres piedras que sostienen la olla encima del fogón, necesitamos tres cosas relacionadas entre ellas para reducir las enfermedades en nuestras familias…
- suministro de agua limpia
- buenos hábitos de higiene (especialmente el uso de jabón y agua para lavarse las manos y limpiar los recipientes para recolectar y almacenar agua)
- eliminación inocua de los desechos humanos (saneamiento).
La UNICEF ha estimado que es posible reducir en un 25% la mortalidad infantil causada por las diarreas si se fomentan estos tres aspectos en una comunidad. Cada uno de los mejoramientos del saneamiento y de la higiene contribuye con alrededor del 35% de la reducción. Es sorprendente que el aumento de la cantidad de agua contribuye sólo en un 20% y el que sea ‘segura’ contribuye solamente con un 15% del efecto benéfico. En este número de Paso a Paso tenemos artículos acerca de cada una de estas ‘patas’.
El suministro de agua
El hecho de tener más agua potable más cerca de la casa no sólo favorece la salud sino que también reduce la gran cantidad de tiempo que gastan incontables mujeres y niños en la recolección de agua. Un posible mejoramiento es la construcción de un tanque de agua para uso doméstico, en las clínicas y en las escuelas. Se dan detalles de esto en la página 10.
Hábitos de higiene
En Bangladesh, un proyecto para construir letrinas y bombas de mano se gastó casi la cuarta parte de su presupuesto en educación sanitaria. Esto es mucho más de lo que gasta la mayoría de los proyectos, los cuales deciden concentrar todos sus recursos en cañería y bombas. Sin embargo, el resultado de esto fue que la incidencia de la diarrea se redujo en una cuarta parte y que los días durante los cuales un niño término medio padecía de diarrea se redujeron casi a la mitad. En la página 4 examinamos este aspecto tan importante que a menudo se deja de lado. El suministro de agua y el saneamiento por sí solos no siempre son suficientes.
El saneamiento