Lo justo y necesario es un banquete
La palabra de dios tiene mucho que enseñarnos acerca de los alimentos, su provisión, almacenamiento, beneficios y sobre nuestra responsabilidad de compartirlos. Leer el Salmo 65. Este da un claro ejemplo de la naturaleza generosa de Dios. Aquí se ve a Dios bendiciendo la tierra con lluvias de modo que los cultivos crezcan en abundancia, proveyendo más de lo necesario. Hay pasajes semejantes en los Salmos 68, 104 y 107.
José (Génesis 41) sabiamente almacenaba alimentos para los años de hambruna que se preveían. El autor de Eclesiastes menciona cinco veces el disfrute de la comida como don de Dios. Dios se ve como directamente envuelto en la provisión de alimento cuando alimentó a los israelitas con perdices y maná en el desierto. Leer Exodo 16.
Hoy en día este mismo Dios lleno de gracia continúa proveyendo para nuestras necesidades. El hecho de que produzcamos alimento o ganemos dinero para comprarlo puede permitir que nos olvidemos de la participación de Dios. Peor aun es el hecho de que podamos caer en la tentación de acaparar y acumular demasiado alimento. Nuestra autosuficiencia nos puede llevar a excluir a Dios y a los necesitados que nos rodean. A medida que se desarrolla la narración de los israelitas (Deuteronomio 6 y 8) Moisés advierte al pueblo con las palabras: ‘Cuando comáis y estéis satisfechos, tened cuidado de no olvidar al Señor vuestro Dios’. En la parábola del rico necio (Lucas 12) Jesús extiende una advertencia contra los que acumulan riquezas sin preocuparse por ayudar a los demás.
Es bueno que este número de Paso a Paso esté dedicado a la seguridad de los alimentos y la necesidad de planear por anticipado. Esta actividad, sin duda en regiones del mundo donde el suministro de alimentos es limitado y esporádico, es un asunto de buena ministración. Pero mientras que sigamos sus consejos, debemos recordar las advertencias en la palabra de Dios (Mateo 25). Por amor a El debemos asegurarnos de que nuestros vecinos necesitados tengan la calidad de vida que les permita a ellos también agradecer a Dios.