Un informe reciente de los profesores Hulme y Mosley analizó el trabajo de 13 instituciones de microcrédito en siete países diferentes que proporcionan pequeñas cantidades de crédito para ayudar a las microempresas. Sus conclusiones son muy claras y posiblemente tengan gran influencia sobre las agrupaciones que provean crédito en el futuro. Llegan a tres importantes conclusiones:
- Las instituciones con programas de préstamo efectivos incluyen el Bangladeshi Grameen Bank, BancoSol de Bolivia y Bank Rakyat de Indonesia. Estas instituciones gozan de éxito y la mayoría de sus clientes son capaces de devolver sus préstamos y cimentar sus microempresas. Tienen un número de características, las que incluyen:
- Tasas de interés más altas que previenen que la gente más pobre pida préstamos.
- Por lo general tienen esquemas de ahorro que proporcionan a la gente una red de seguridad (sus ahorros) si sufren problemas.
- Tienen sucursales cerca de donde viven los prestatarios, lo que hace posible que la gente pague sus cuotas regularmente.
- Recolectan las cuotas con regularidad.
- El crédito tiene más posibilidades de elevar el ingreso de los hogares que están por encima o en el umbral de la pobreza – en otras palabras, no el de los muy pobres (que están debajo del umbral de la pobreza). La investigación indica que los prestatarios que están en el umbral de la pobreza o por encima de éste tienen más posibilidades de tomar riesgos e invertir en equipo, mano de obra o tecnología adicionales.
- En el caso de los muy pobres, el microcrédito a menudo no ayuda a la gente a mejorar su ingreso. Los prestatarios muy pobres son incapaces de tomar dichos riesgos. Sin duda, algunas veces se gastan los préstamos en necesidades familiares inmediatas y pueden terminar más endeudados que antes del préstamo. Puede ser que los préstamos no proporcionen respuestas a todos los problemas y a veces pueden empeorarlos, especialmente si la gente no tiene una red de seguridad de ahorros o de experiencia.
Estas conclusiones no son muy estimulantes para la gente que trata de elevarse por encima del umbral de la pobreza y que pueden encontrar aún más difícil obtener crédito en el futuro como resultado de esta investigación. Sin embargo, aun quedan pasos positivos por dar. En visitas recientes que la Directora hizo a agrupaciones de gente del campo en Uganda y Ghana se mostró que los grupos activos con miembros que se reúnen regularmente y trabajan a menudo juntos, pueden operar esquemas simples de crédito en forma efectiva sin ayuda exterior. Los miembros se ponen de acuerdo para contribuir con una pequeña suma de dinero a la semana y hacen turno para beneficiarse, ya que un miembro se lleva todo el dinero esa semana. La mayoría usa el dinero para comprar ropa, pagar matrículas escolares o pequeñas actividades de generación de ingresos. Los grupos deben estar bien establecidos para que los miembros confíen en que cada uno hará contribuciones regulares.
Finance Against Poverty por David Hulme y Paul Mosley fue publicado por Routledge, London en 1996. El resumen de las conclusiones del libro se tomó de Focus No 5 publicado por CGAP, 1818 H Street NW, Room G4115, Washington DC 20433, EEUU.