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Los jardines arbóreos de los Chagga - estudio de caso

Los ‘jardines arbóreos’ de la tribu Chagga del monte Kilimanjaro ofrecen un modelo inspirador de cómo se puede manejar la tierra en forma sostenible.

2000 Disponible en Inglés, Francés, Portugués y Español

Versiones de la revista Paso a Paso en español, francés, inglés y portugués se exponen sobre un escritorio de madera

De: Cuidando de nossa terra – Paso a Paso 41

Ideas para aprovechar al máximo los terrenos pequeños

Los ‘jardines arbóreos’ de la tribu Chagga del monte Kilimanjaro ofrecen un modelo inspirador de cómo se puede manejar la tierra en forma sostenible.


Los Chagga son una mezcla de grupos étnicos que viven en las laderas del impresionante monte Kilimanjaro en Tanzania. A medida que varios grupos étnicos se establecieron en la zona, trajeron sus propios cultivos, incluyendo maíz, mandioca y camotes (batatas). Su rica mezcla de una variedad de plantas lentamente se desarrolló para conformar una forma distintiva de uso de la tierra. La tierra se usa no solamente en términos del espacio a nivel del suelo sino que también toma en cuenta las diferentes alturas de las plantas. Utilizan los árboles de modo que crean múltiples niveles de crecimiento.

La selva como modelo

Tomaron su inspiración de la selva natural. Se dieron cuenta que la selva hacía máximo uso de sus recursos de tierra, agua y luz y es así que comenzaron a cultivar pequeñas partes de la tierra selvática donde se podían encontrar especies de plantas útiles. Gradualmente reemplazaron otras partes de la selva natural con plantas de cultivo. Los Chagga se han hecho expertos en combinar muchos tipos de plantas que no sólo requieren diferentes cantidades de luz sino que también tienen raíces de diferente longitud. Por ejemplo, las batatas toleran la sombra de los árboles circundantes y usan sus troncos como soportes para trepar. Los árboles con sistemas de raíces profundas permiten que las plantas de cultivo se crien junto al árbol y todavía puedan obtener nutrientes suficientes. Hoy en día, un agricultor Chagga típico cría alrededor de 60 especies de árboles diferentes, y a menudo muchas variedades diferentes, en un espacio del tamaño de una cancha de fútbol. El reciclaje de los nutrientes es vital y se usa abono de ganado vacuno para fertilizar los cultivos.

Las diferentes zonas

La zona más baja (hasta 1m de altura) incluye taro, frijoles y pasto para forraje. La zona siguiente (1–2,5m) consiste mayoritariamente de café con la cubierta de los bananos (2,5–5m) encima. Por encima de la capa de los bananos se encuentran muchos árboles madereros valiosos. La pequeña parcela mediana produce 125kg de frijoles, 280kg de café y 275 racimos de bananas al año y proporciona forraje para el ganado. Su sistema de cultivo se ha mantenido sostenible por más de 100 años, principalmente porque mantienen la tierra con una cobertura permanente y devuelven los nutrientes al suelo. El uso de los recursos naturales de los Chagga sigue impresionando a los visitantes. Mucho antes de que hubiesen proyectos de desarrollo en la región, los Chagga canalizaban el agua en gargantas profundas y remotas, cavando canales y ahuecando troncos de árboles para llevarla a sus hogares sobre los faldeos de las montañas. La usan para beber, para el ganado y para irrigar los viveros.

Hay muchos aspectos de la vida de los Chagga que dan un buen ejemplo a los proyectos de desarrollo. A partir de un paquete de semillas de café en 1885 los Chagga tienen en la actualidad más de un millón de plantas de café en sus parcelas. El rápidamente fluctuante precio del café en los mercados mundiales les enseñó a los Chagga a no concentrarse solamente en el café como fuente de ingreso. Es por esto que las bananas y otros cultivos alimenticios nunca desaparecen de las huertas arbóreas incluso cuando los precios del café están altos.

Por supuesto, la vida de los Chagga no es perfecta. El único recurso que no usan con tanta sabiduría es el potencial de la gente. La carga de la mayoría del trabajo todavía recae principalmente sobre las mujeres. Los Chagga aprendieron su lección de la selva, la que hace máximo uso de sus recursos de tierra, agua y luz. Sin embargo, las mujeres del Kilimanjaro necesitan sólo un poco más de dos horas a la semana para juntar suficiente leña para sus familias: mucho menos que en otras partes de Tanzania. Esto se debe a que la leña está incluida en la gran variedad de productos que se cultivan en la parcela. Una hectárea es por lo general suficiente para proveer a una familia numerosa de leña y madera.

Simon Batchelor es un asesor que trabaja con una cantidad de organizaciones que apoyan iniciativas sostenibles; su dirección es: 152 Cumberland Road, Reading, RG1 3JY, Inglaterra. E-mail: [email protected]

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