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Este material fue publicado hace más de 15 años y puede que no refleje a cabalidad los conocimientos y puntos de vista actuales.

Artículos

Animando a los niños de corta edad a comer

por Ann Burgess. La cantidad que los niños coman depende de la comida que se les ofrezca, su apetito y cómo sus madres u otros cuidadores los alimenten.

2002 Disponible en Francés, Inglés, Español y Portugués

Versiones de la revista Paso a Paso en español, francés, inglés y portugués se exponen sobre un escritorio de madera

De: Nutricion – Paso a Paso 52

Diversas ideas para ayudar a mejorar la nutrición de las niñas y los niños pequeños

por Ann Burgess.

La cantidad que los niños coman depende de la comida que se les ofrezca, su apetito y cómo sus madres u otros cuidadores los alimenten.

Si los padres se quejan que su niño ‘se niega a comer’, darse tiempo para discutir lo que pueden hacer.

Primero, identificar por qué el niño no está comiendo. Por ejemplo, ¿está el niño enfermo o infeliz? ¿Tiene celos el niño de un nuevo bebé e intenta conseguir más atención? ¿Está cansado el niño a la hora de comer? ¿Es la comida demasiado sazonada o difícil de comer? ¿Tiene el niño suficiente tiempo para comer? ¿Se da al niño dulces, refrescos u otros bocados que les quite el hambre a la hora de comer?

Entonces decidir cómo enfrentar el problema. A menudo esto significa gastar más tiempo y suavemente animar al niño a comer.

A continuación hay algunas sugerencias sobre cómo hacer esto. Es muy importante monitorear la alimentación desde el momento en que los niños empiecen con los alimentos complementarios hasta que tengan dos a tres años de edad o si el niño está enfermo.

Basado en información del Child Health Dialogue (Diálogo de salud infantil) Número 9 1997, Complementary Feeding: family foods for breast-fed children (Alimentación complementaria: los alimentos familiares para los niños lactantes (OMS 2000) y Nutrition for Developing Countries (Nutrición para los países en vías de desarrollo) (Oxford University Press 1992).

Ann Burgess es consultora de la nutrición con muchos años de experiencia en Africa Oriental. E-mail: [email protected] 

Cómo animar a los niños saludables a comer

  • Hacer la hora de comer un momento feliz. Animar a los niños hablando con ellos y diciéndoles cuán buena es la comida y lo bien que están comiendo.
  • Llevar a cabo juegos para persuadir a los niños a comer. Por ejemplo, simular alimentar a una muñeca o animal doméstico.
  • No apresurar a los niños. Ellos pueden comer un poco, pueden jugar un poco y luego pueden comer de nuevo. Ofrecer unas cucharadas más al final de la comida.
  • Alimentarlos con el resto de la familia pero darles sus propios platos a los niños para que tengan su parte de la comida.
  • Cortar el alimento en pedazos que los niños puedan sostener, y proveer cucharas para los alimentos blandos. A los niños de corta edad les gusta alimentarse solos pero son comedores indisciplinados. Los cuidadores deben asegurarse de que la comida llegue finalmente a la boca.
  • Dar una variedad de alimentos buenos que les gusten a los niños. Evitar los alimentos salados o sazonados.
  • Mezclar los alimentos si el niño sólo come sus alimentos favoritos.
  • Asegurarse de que los niños no estén sedientos. Los niños sedientos comen menos. Pero no llenarles el estómago con demasiada bebida antes o durante la comida.
  • Alimentar a los niños cuando tengan hambre. No esperar hasta que los niños estén demasiado cansados para comer.
  • Nunca alimentar a la fuerza. Esto aumenta la tensión y disminuye el apetito. Si los niños rehusan el alimento, llevárselo y ofrecerlo después. El niño realmente puede detestar una comida particular. Con tal de que estén comiendo una variedad de otros alimentos no obligarlos a que coman.
  • Dar amor y atención especial si los niños son infelices.

Cómo animar a los niños enfermos a comer

  • Dejar a los niños limpios y cómodos antes de alimentarlos. Por ejemplo, limpiarles la boca y la nariz.
  • Dar comidas pequeñas que sean fáciles de comer y que les gusten a los niños.
  • Alimentar con más frecuencia – quizás cada dos horas.
  • Dar suficiente de beber, sobre todo si un niño tiene diarrea o fiebre.
  • Alimentarlos en el regazo de su cuidador favorito y suavemente animarlos a que coman.

Cuando los niños se recuperan, continúan necesitando vigilancia amorosa para asegurarse de que coman alimento extra y recobren el peso perdido.

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