Aprender desde el principio: El Génesis
Leer Génesis 1:31, 2:15
Los desastres y el sufrimiento nunca fueron parte del plan original de Dios para nosotros. El creó todas las cosas y formó una asociación con nosotros. Sin embargo, esta asociación fue rota (Génesis 3) y nosotros sufrimos las consecuencias.
- ¿En qué medida son los desastres parte de estas consecuencias?
Leer Romanos 8:18-25
Hoy hay sufrimiento – pero es temporal, y algún día cambiará a algo eternamente glorioso.
- ¿Cómo nos ofrece Dios una manera de volver a la asociación?
Si conocemos a Dios, la perspectiva del desastre no debe aterrarnos – aprendemos aquí que estamos seguros en sus manos y que este mundo un día se transformará en un nuevo mundo. Hasta ese día glorioso, Dios requiere que actuemos justamente, amemos la bondad y caminemos humildemente con él (Miqueas 6:8).
La Biblia menciona todos los aspectos de la vida y los desastres no son ninguna excepción. Uno de los relatos más conocidos es la historia de José en Génesis 41 donde, debido a las consecuencias del hambre, los descendientes de Abraham se establecieron en Egipto, donde se desarrollaron en una nación. En esta historia, Dios usó a José para realizar su propósito y ser una bendición a otros.
Leer Génesis 41:16
José empezó humillándose ante Dios: ‘yo no puedo hacerlo – pero Dios lo hará.’ Debido a esta actitud, fue posible para Dios confiar a José una posición de liderazgo muy importante, sin el miedo de que se corrompiera.
- ¿Cómo podemos aplicar nosotros esto en términos de liderazgo y responsabilidad en nuestras propias casas, comunidades, trabajo, el gobierno local y nacional y en nuestras propias vidas?
Leer Génesis 41:25
Dios habla al Faraón en un sueño y usa a José para explicarle lo que quiere decir. Dios usa muchas maneras de hablarnos. Nos revela sus planes (Amos 3:7).
- ¿Cómo podemos estar nosotros más abiertos a escuchar a Dios antes de empezar el trabajo en nuevos planes importantes?
Leer Génesis 41:57
Había hambre en el mundo entero, pero Dios había proporcionado a un país, Egipto, los recursos para subsistir. Y hoy, Dios todavía proporciona recursos a algunas personas y a naciones para ayudar a otros.
- ¿Cómo podemos usar y compartir lo que tenemos de mejor manera para ayudar a otros con necesidades mayores?
Igual que José, el impacto de nuestras vidas debe ser el de mejorar las cosas para nuestros vecinos – para crear en lugar de destruir, bendecir a la gente y no maldecirla. Nuestra presencia debe ser buena para la comunidad y economía local, para que estemos mejor preparados y mejor capacitados para confrontar los riesgos.
- ¿Qué más se puede hacer en términos espirituales y físicos para ayudar en la comunidad local?
Alan Robinson trabaja para Tearfund en el equipo de América Latina y el Caribe. Estaba trabajando en Honduras en el momento del Huracán Mitch y ayudó a las comunidades a hacerle frente a ese desastre.