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Transformación de las vidas

Mesfin Shuge encabeza un equipo de diez personas dentro de la Iglesia de Kale Heywet (KHC, en inglés) en Etiopía. Su departamento se conoce como el Departamento de Desarrollo Urbano Integrado. Sus objetivos de trabajo lo constituyen los pobres de las ciudades y trabaja en la actualidad en cuatro ciudades – Nazaret, Awassa, Addis Abeba y Jimma.

2006 Disponible en Inglés, Francés, Portugués y Español

Versiones de la revista Paso a Paso en español, francés, inglés y portugués se exponen sobre un escritorio de madera

De: Renovación urbana – Paso a Paso 67

Los moradoress de barrios marginales están transformando sus comunidades

Mesfin Shuge encabeza un equipo de diez personas dentro de la Iglesia de Kale Heywet (KHC, en inglés) en Etiopía. Su departamento se conoce como el Departamento de Desarrollo Urbano Integrado. Sus objetivos de trabajo lo constituyen los pobres de las ciudades y trabaja en la actualidad en cuatro ciudades – Nazaret, Awassa, Addis Abeba y Jimma.

El enfoque del Departamento de Desarrollo Urbano Integrado se pilotó en Nazaret, una ciudad al norte de Addis Abeba, con muchos desempleados y niños de la calle. Dos asistentes sociales empezaron a trabajar allí en 2002 para mejorar la situación de las mujeres desempleadas. Empezaron con visitas de casa en casa para entender la naturaleza y nivel de la pobreza, el tamaño medio de las familias y la cantidad de viudas. Luego usaron ejercicios participativos para desarrollar la conciencia de la gente sobre la situación. Estos incluyeron obras de teatro improvisado que congregaron a la comunidad.

En el primer año se formaron 34 grupos femeninos de autoayuda. Se seleccionaron cinco facilitadoras de los grupos y se las capacitó para conducir la discusión sobre los problemas importantes como generación de ingresos, planificación familiar, manejo de negocios pequeños, economía doméstica, apoyo a la gente con VIH y SIDA, atención de salud, y prácticas tradicionales nocivas. Su capacitación se llevó a cabo en sesiones cortas de medio día.

Al principio muchas mujeres estaban renuentes a participar. Temían que tendrían que adherirse a la Iglesia de Kale Heywet (KHC). Sin embargo, con el tiempo, comprendieron que éste no era el caso. La afiliación a los grupos está abierta a todos, sin tomar en cuenta los antecedentes étnicos y la religión. La mayoría de las mujeres en los grupos son miembros de la iglesia ortodoxa o musulmanes. Ahora hay 98 grupos de autoayuda en el pueblo con alrededor de 20 miembros en cada grupo. Los grupos se conectan en una red de asociaciones mayores. Ocho de estas asociaciones trabajan con 20 grupos de autoayuda cada una.

El objetivo principal del trabajo es empoderar a la comunidad, centrándose en los más pobres de los pobres. Los objetivos incluyen:

  • mejorar las condiciones de vida
  • proporcionar oportunidades educativas, para los niños en particular
  • desarrollar la capacidad de toma de decisiones de las mujeres
  • animar las actitudes saludables hacia el trabajo
  • evitar las prácticas tradicionales nocivas.

Los fondos de préstamo rotativos

No hay fondos externos disponibles, por lo que los grupos dependen completamente de fondos recaudados por los miembros, a pesar de su pobreza. Los grupos de autoayuda animan a los miembros a ahorrar una cantidad diminuta de dinero – sólo 50 centavos de dólar por semana. Este dinero se usa para construir a un fondo de préstamo para ellos. Cada grupo tiene su propia cuenta bancaria. Inicialmente esto causó problemas ya que cada grupo tuvo que registrarse como una organización. Para superar este problema, se usó el nombre de la Iglesia Kale Heywet, junto con el nombre de cada pequeño grupo. Sin embargo, ahora un banco privado ha estado de acuerdo en abrir cientos de cuentas para los grupos. Los fondos siguen creciendo a partir de los diminutos depósitos regulares y se benefician del interés bancario. Cada miembro tiene una cartilla y se mantienen meticulosos archivos.

Los grupos de mujeres de Nazaret han ahorrado un total global de 280.000 birr (más de US$33.000) que se usa para proporcionar un fondo rotativo. Se permite a las mujeres pedir préstamos de 30 a 3.000 birr de forma regular. El período de reembolso es corto, normalmente sólo cuatro meses, para que más mujeres puedan beneficiarse en un tiempo determinado. La cantidad que pueden pedir prestada está determinada por la cantidad que hayan ahorrado. Normal mente pueden sacar el doble o el triple de sus ahorros. Las asociaciones mayores manejan y proporcionan el dinero para los préstamos.

Los grupos son muy estrictos con los miembros que no llegan a las reuniones o no pagan las contribuciones. Los miembros están muy comprometidos con el reembolso de sus préstamos. Saben que si no pagan, sus amigos sufrirán. Los estrechos lazos sociales también se reflejan en el sistema de seguro social que los grupos han establecido. Además de su contribución semanal al fondo de préstamo, los miembros de Nazaret pagan también 25 centavos de dólar al sistema de seguro social. Esto se usa para ayudar a cualquier miembro que esté enfermo, herido o tenga cualquier otro tipo de problema. La ayuda dada del fondo de seguro social no tiene que ser reembolsada.

Evaluación regular

Las asociaciones mayores evalúan a los grupos de autoayuda cada seis meses. Usan un simple método de puntaje en que los miembros del grupo clasifican su rendimiento en una escala de uno a cinco. Preguntan cosas como:

  • ¿Asisten los miembros regularmente?
  • ¿Ahorran los miembros regularmente?
  • ¿Cómo funcionan los programas de acción de la cooperativa?
  • ¿Cómo está funcionando la provisión de préstamos?

Los miembros no votan pero se ponen de acuerdo en sus respuestas.

Las mujeres de los grupos de Nazaret han encontrado una nueva confianza en sus propias habilidades para mejorar sus vidas y las vidas de sus familias. Muchas se han transformado en miembros de la comunidad empoderadas y seguras de sí mismas. Se han iniciado varias actividades generadoras de ingreso, incluyendo engorda de ganado, crianza de ovejas, panadería, hilandería de algodón, operación de pequeños puestos y cafés.

Mejores viviendas

Desde sus modestos comienzos, los grupos continúan desarrollándose. Todos los grupos son animados a desarrollar un plan quinquenal. Algunos grupos han resaltado la necesidad de mejorar la vivienda. Se ha desarrollado un plan ambicioso, la ‘Nueva Tierra Santa’, en un pedazo de tierra gratuito que KHC ha recibido en Nazaret. Un arquitecto voluntario ha preparado planes para 750 casas económicas de ladrillo, con una escuela primaria y otra secundaria, un mercado, un jardín infantil, un centro de salud y una sede de reuniones para la comunidad. Los bloques residenciales están planeados con cocinas, lavanderías y letrinas comunales. Cada casa económica tiene dos cuartos. Los miembros del grupo pagarán sus nuevas casas en el plazo de cinco años. Se están pidiendo fondos de donantes para los servicios de la comunidad. El dinero pagado por las casas permitirá iniciar otro proyecto de edificación en un lugar diferente, basado en un diseño similar.

Multiplicación del trabajo

Este enfoque se ha usado en otras tres ciudades de Etiopía – Awassa, Jimma y Addis Abeba. Se invita a los grupos de autoayuda recientemente formados a reuniones de desarrollo de la conciencia para que se reúnan con miembros de grupos de autoayuda bien establecidos. Esto produce a menudo una transformación asombrosa y rápida. Cuando empezó el trabajo en Jimma, KHC se encontró con una gran respuesta. En dos días habían animado la formación de 25 grupos de autoayuda. Sin embargo, el alcalde se angustió mucho pensando que querían tomar la dirección de la ciudad. Se acercó a ellos diciendo, ‘Salgan de mi ciudad y extingan el fuego que han encendido’. El personal fue amenazado con prisión. Posteriormente, habiendo visto el impacto de su trabajo en otra parte, el alcalde entendió que no eran una amenaza para su puesto. Los ha invitado a regresar y le ha dado a KHC grandes extensiones de terreno para su trabajo.

Una vez que se forman los grupos, se debe tener cuidado de establecer buenas conexiones con organizaciones gubernamentales, ONGs, cooperativas e iglesias. Esto es importante para asegurar el desarrollo sostenible y eficaz. También evita la duplicación de esfuerzo y trae consigo la unidad. El establecimiento de redes ha dado por resultado apoyo técnico de organizaciones gubernamentales. Otras confesiones eclesiásticas también han empezado a tomar parte activa en el desarrollo de la comunidad.

Mesfin Shuge dirige el IUDD y está estudiando para un doctorado en desarrollo social. Su dirección es: KHC, PO Box 5829, Addis Ababa, Etiopía E-mail: [email protected]


Estudios de caso

Yezeshewal huyó de su casa debido al conflicto étnico. Perdió todas sus posesiones y huyó a Nazaret. Ofreció a su hijo como jornalero a una familia para que por lo menos lo alimentaran. Ella y su otro hijo sufrieron hambre severa. Desarrolló un grave problema oftálmico pero no podía permitirse el lujo de pagar la consulta del médico. Entonces oyó hablar de los grupos de autoayuda. Sintió que fue un milagro que la consideraran digna de pertenecer al grupo. Empezó a ahorrar cantidades diminutas. Hoy posee seis animales de engorda. Su vista se salvó y ella pertenece a un grupo que la quiere. Dice, ‘soy una mujer privilegiada porque mis vínculos sociales son fuertes y tengo un lugar para compartir mis sentimientos – incluyendo mi dolor y pesar.’

 

Emebet dejó el lugar donde vivía con su marido y tres niños debido al conflicto. Un niño se murió mientras estaban en un albergue para refugiados. Ella y su marido trabajaron como jornaleros en Nazaret. Después Emebet encontró trabajo como sirvienta y se metió en uno de los grupos de autoayuda. Discutió con su marido cómo usar su primer préstamo. Decidieron empezar la fabricación de enjera (el pan local). Con el siguiente préstamo compró ovejas para engordar. Su marido vio esto como un momento decisivo en sus vidas. ‘Después de estar de rodillas ante la pobreza, ahora somos capaces de superarla,’ dijo. Sus niños pueden ir a la escuela y Emebet comenzó a asisitir a las clases vespertinas. ‘Ahora sé leer y soy educada,‘ dice. ‘Puedo hablar con mi marido y puedo sentir que me respeta como a un igual.’ Emebet tiene verdadera esperanza en el futuro.

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