Nuestras creencias sobre nosotros mismos, otra gente y nuestro mundo nos ayudan a entender nuestras experiencias y el mundo a nuestro alrededor. Construimos nuestras creencias a través de nuestras propias experiencias o las heredamos de nuestra familia o cultura. A menos que las desafiemos, a menudo ni siquiera estamos conscientes de ellas. Simplemente nos parecen ‘normales’, o la manera en la que siempre se han hecho las cosas.
La violencia cambia las cosas. Podemos sentirnos agobiados cuando experimentamos algo terriblemente diferente a la manera en que normalmente nos vemos o vemos el mundo que nos rodea. Quizás nuestra vida estuvo en peligro o fuimos víctima de la violencia de otro o nos encontramos haciendo algo que va en contra de nuestras creencias, valores y comportamiento normales. Esto puede llevarnos a cuestionarnos ¿por qué pasó eso, o por qué actuamos de esa manera? Podemos cuestionar nuestra fe y nuestra comprensión de Dios. Los acontecimientos penosos que destrozan la manera en que nos vemos a nosotros mismos y a nuestro mundo se definen como traumáticos.
Cuando experimentamos algo traumático, podemos sentirnos completamente fuera de control y luchamos para comprender el caos. Los sentimientos de miedo, impotencia u horror son reacciones normales a una situación anormal, y no una señal de debilidad. Necesitamos reconocer estos sentimientos. Hablar sobre nuestras experiencias puede ayudarnos a entenderlas. La mayoría de las personas que experimenta un acontecimiento traumático necesita apoyo y comprensión de los que la rodean para ayudarlos a recuperarse. Una buena manera de apoyar el proceso curativo de alguien es ser un oyente activo. Muchas personas rara vez experimentan esta manera de escuchar, la cual puede ser una gran fuente de curación. No se necesita ser un orientador profesional para escuchar eficazmente. Las siguientes son algunas de las habilidades clave para el oyente activo.
Encontrar un lugar seguro
Primero, es importante ayudar a la persona a relajarse y sentirse seguro con uno. No se puede asumir que una persona que ha experimentado un acontecimiento penoso se sentirá segura y tal vez haya que ganarse su confianza. Las personas necesitan saber que pueden hablar sobre problemas delicados en confianza.
- Encontrar un lugar cómodo donde se pueda hablar sin interrupciones como llamadas telefónicas o visitantes.
- Estar de acuerdo en un nivel de discreción al comienzo, para que lo que se dice no se divulgue a nadie más, a menos que sea una situación donde la persona misma u otros estuvieran en peligro. Esto es particularmente importante al trabajar con niños. Aclarar desde la partida que no se puede prometer discreción si hablan sobre el abuso de un niño. Para más información sobre la protección del niño, entrar a www.keepingchildrensafe.org.uk
- A la mayoría de la gente se le hará más fácil hablar abiertamente con alguien del mismo sexo.
Escuchar
Las personas sólo compartirán su experiencia cuando se sientan listas para hacerlo. Esto puede tardar tiempo y es importante que nunca se presione a las personas para hablar sobre los problemas penosos. Como oyentes activos, necesitamos ser pacientes y respetar a la otra persona.
- No hacer demasiadas preguntas. Usar preguntas para verificar que se ha entendido correctamente, en lugar de presionar para obtener más información.
- Al escuchar, permitir a la otra persona guiar el contenido y el ritmo de lo que quiere compartir.
- Cuando algunas personas intentan compartir su experiencia, pueden encontrar difícil describir lo que ha pasado. Como oyente activo, es suficiente sentarse con ellos y compartir el silencio.
- El compartir la experiencia propia puede ser útil o no. No apresurase con historias y opiniones propias. Esta conversación no es acerca del oyente.
Comprensión
Como oyente activo, no asumir el papel de experto, consejero, maestro, salvador u organizador. Enfocarse en cambio en intentar entender la experiencia y los sentimientos de la otra persona. Ya que todos tenemos nuestras propias maneras de pensar y sentir, cada persona experimentará un acontecimiento traumático de manera diferente. Realmente no podemos entender cómo se siente la otra persona a menos que primero podamos dejar de lado nuestros propios sentimientos y experiencia. Necesitamos estar totalmente atentos y dispuestos a escuchar su experiencia singular. Prestar atención a la respuesta emocional de la persona así como a la historia de su experiencia. Pensar en la persona entera:
- ¿Qué sentimientos expresa?
- ¿Sus gestos corporales y su expresión facial: parece relajada, tensa, asustada, feliz, hastiada?
- ¿La voz: habla en voz baja y nerviosa, o confiadamente? ¿Rápido o lento? ¿Hay silencios?
Si fuera apropiado, se puede resumir en unas pocas palabras algo de lo que se ha escuchado (los sentimientos así como la historia), sólo para verificar que se ha entendido.
Aceptación
La actitud decisiva para sanarse es la aceptación. Al ofrecer aceptación incondicional a otra persona, mostramos que estamos deseosos de intentar entender su experiencia. Esto significa que estamos listos para aceptar todas sus respuestas emocionales, incluso cuando sean incómodas para nosotros, como la confusión, el resentimiento, el miedo, el enojo o la desesperación. Aun cuando no podamos entender o estar de acuerdo con sus actitudes o comportamiento, podemos aceptarlo como otro ser humano que está hecho a la imagen de Dios. La aceptación se apoya en ofrecer gracia a otros en lugar de juzgarlos, así como Dios nos ofrece gracia a nosotros. Esto puede ser especialmente difícil si la persona misma ha participado en actos de violencia.
Esta forma especial de escuchar puede ser difícil de realizar, pero es una fuente eficaz de curación para los que han experimentado un acontecimiento traumático.
Angus Murray es un orientador profesional y también trabaja para Tearfund como Encargado de Política de Conflicto Regional para Sudán. Tearfund, 100 Church Road, Teddington, Middlesex, TW11 8QE, Inglaterra.
Conozcamos nuestros límites
- A veces las experiencias que la gente comparte pueden ser muy difíciles o perturbadoras escuchar. Es sabiduría, no debilidad, reconocer y admitir nuestros límites. Esto incluye los plazos de tiempo.
- Asegurarse de estar emocionalmente fuerte y suficientemente estable para poder escuchar el dolor de otro. También se necesita tener una red de apoyo propia de familia y amigos.
- Es importante saber cuando se necesita más ayuda y se debe trabajar con la persona para encontrarla. Excepto en los casos de abuso de niños, siempre debe pedirse permiso para compartir lo que se ha dicho.