Las enfermedades mentales son una aflicción que debe ser enfrentada directamente en lugar de ser negada, y a la cual se debe responder de manera compasiva en lugar de con castigos. Las personas con enfermedades mentales a menudo han sido catalogadas como ‘locas’. Desde el punto de vista de la condenación, las personas con enfermedades mentales serían percibidas como desahuciadas. La compasión es lo opuesto de la condenación. Una persona compasiva comunica simpatía, empatía, preocupación, bondad, consideración y cuidado.
Este artículo tiene dos partes. En la primera parte compartimos un ejemplo sobre cómo cuidar de una persona que cree que podría estar atormentada por espíritus malignos. En la segunda parte consideramos cómo ofrecer consejería a las personas deprimidas. Al igual que las enfermedades físicas, las enfermedades mentales pueden durar poco tiempo o toda la vida. Los ejemplos aquí muestran la posibilidad de una recuperación. (El libro Where There Is No Psychiatrist [Donde no hay psiquiatras] ofrece consejos sobre problemas de salud mental a largo plazo; véase la página Recursos). Aunque la organización Oasis África tiene experiencia principalmente en trabajar con culturas y sociedades africanas, gran parte de los consejos ofrecidos aquí es pertinente a todas las culturas.
PARTE UNO - La historia de Jamba
Jamba tuvo un encuentro con lo oculto y se traumatizó con esa experiencia. Su doctor lo refirió a Oasis África para recibir consejería.
Jamba había sufrido de ataques de ansiedad y pesadillas durante casi un mes. A pesar de que sólo tenía 25 años de edad, Jamba parecía mayor. Sus padres murieron cuando él tenía 15 años, y durante los últimos 10 años él había realizado el papel de cabeza de su familia, cuidando de sus siete hermanos y hermanas. Jamba asistía a una iglesia local de vez en cuando.
Jamba estaba casado, y la tensión de cuidar de su nueva familia aumentó su agotamiento. Poco tiempo después, Jamba empezó a sufrir de insomnio y dolores de cabeza que no mejoraban con medicamentos.
Finalmente, alguien le aconsejó buscar la ayuda de un “curandero” tradicional. Jamba contó la historia de su visita a la vivienda de este hombre, una experiencia que cambió su vida totalmente. La habitación frontal del “curandero” servía de área de recepción, donde se le pidió a Jamba vaciar sus bolsillos y dejar todas sus pertenencias, así como la mayor parte de su ropa. Luego fue dirigido hacia adentro para ver al “doctor”. Se encontró en una habitación oscura donde tenía que entrecerrar los ojos para poder ver. Cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, vio a un hombre arrugado y afeitado, desnudo hasta la cintura, sentado en el piso.
El “curandero” le hizo señas a Jamba de que se sentara frente a él. Jamba recuerda los ensalmos que pronunció el hombre sobre él, mientras bailaba alrededor de Jamba y salmodiaba en una lengua rara. A lo largo del proceso el ritmo condujo a Jamba hacia un estado hipnótico. Le rompieron un huevo crudo sobre la cabeza y terminó el baile. Ahora el hombre miraba a Jamba en la oscuridad, con ojos que brillaban a través de la luz opaca. Le dijo, “Te he hechizado. Sé que tienes un negocio con un ingreso regular. Al final de cada semana, quiero que me traigas una suma de dinero. Si no me traes tu dinero, morirás”. Jamba salió corriendo hasta la estación de policía para dar informe de su espantosa experiencia. Incluso se le olvidaron su billetera y ropa.
Este incidente fue el inicio de horribles pesadillas y ataques de pánico para Jamba. Sentía temor de quedarse dormido, porque el “curandero” siempre se le aparecía en sueños. Sufría de dolores de cabeza, no tenía ganas de comer ni dormir, y sentía temor de que bajo tales condiciones, podría dejar a su familia y hermanos menores sin ayuda. También sentía temor de que finalmente alguien viniera en nombre del “curandero” a exigirle dinero. Sus amigos y colegas le dijeron que debió haber sido hechizado por el “curandero”, y Jamba les creyó. A menudo su mente se llenaba con pensamientos de muerte. Pensaba que esto sucedía porque había desobedecido al “curandero”. No obstante, Jamba estaba determinado a no sucumbir ante su temor ni las amenazas que había recibido, aunque manejar esta tensión estaba resultando muy difícil.
Cómo responder
¿Estaba Jamba siendo oprimido por un espíritu maligno? En casos de personas como Jamba, hay muchas diferencias de opinión en cuanto a la causa de su sufrimiento, así como sobre un tratamiento apropiado. Los consejeros cristianos no pueden evitar este debate. Nuestro enfoque en Oasis África toma en cuenta cuatro aspectos: psicológico, físico, teológico, y demoniaco.
Psicológico
En el caso de Jamba, el consejero examinó el efecto de perder a sus padres a tan temprana edad, y la carga de cuidar de una familia completa de hermanos menores, en lugar de disfrutar la adolescencia. En sesiones subsiguientes, Jamba pudo llorar por la pérdida de sus padres, así como por la pérdida de su juventud. Él y su consejero también trabajaron en su angustia y sus ataques de ansiedad, usando ejercicios de relajación y cambiando su horario de trabajo a modo de incluir períodos de descanso y recreación. Jamba mejoró en el aspecto de cuidar de sí mismo, y aprendió a darles más responsabilidades a sus hermanos menores en lugar de continuar actuando constantemente como su “padre”.
Físico
No se puede separar la enfermedad física del bienestar emocional. Una afecta a la otra. Siempre debemos preguntarnos: ¿Este problema lo provoca una falta de bienestar físico? El consejero empezó por preguntarle a Jamba no sólo sobre su historia, sino también sobre su condición física. Gradualmente, el consejero pudo conocer lo que le estaba preocupando a Jamba. Él estaba exhausto, sentía miedo de enfermarse y no cumplir con sustentar a su familia.
Teológico
Algunas personas piensan que todos los problemas emocionales son el resultado de un comportamiento pecaminoso, individual, específico. A pesar de que es cierto que la culpa puede provocar problemas emocionales, no es la única causa. En un momento apropiado, el consejero exploró la fe de Jamba y le instó que imaginara a Jesús victorioso sobre el/los espíritu(s) maligno(s) que él temía le habían oprimido. El consejero le dijo a Jamba que seguir a Jesús significaba que el mal había sido vencido, que Jesús entendía el sufrimiento y que Jesús era un sanador para los enfermos. Jamba finalmente se unió a una célula de jóvenes adultos en su iglesia, y el apoyo del grupo aumentó su valor para enfrentar sus temores. Con el tiempo, las pesadillas y los ataques de pánico cesaron.
Demoniaco
Algunos cristianos creen que todos los problemas emocionales surgen de la influencia demoniaca, y que el tratamiento debe limitarse al exorcismo y a la guerra espiritual. Sin embargo, no todas las inestabilidades mentales y emocionales son de naturaleza demoniaca, y debe tenerse extremo cuidado al dar un diagnóstico, así como al asignar un tratamiento. Por lo tanto, aunque la oración es apropiada e importante, debido al temor de Jamba de que habían espíritus malignos que le estaban afectando, y porque existía la posibilidad de que realmente le habían estado molestando espíritus malignos como resultado de las palabras del “curandero”, Jamba también necesitaba fortalecerse emocional, espiritual, física y psicológicamente. Si Jamba no hubiera realizado esta importante labor en su crecimiento personal y espiritual, sus temores podrían haberse disipado por un tiempo sólo para surgir de nuevo más tarde. Una oración de liberación o exorcismo sin escuchar a la persona con compasión o discernimiento puede dejar a la persona con mayor temor de los demonios y sin la confianza de recuperarse y permanecer libre de pensamientos perturbadores.