Un aspecto importante del liderazgo es la gobernabilidad. La gobernabilidad organizacional es el proceso de supervisar una organización. Esto implica asegurarse de que la labor de la organización se realice bien y de manera eficaz. A menudo, para las organizaciones registradas es un requisito legal tener algún tipo de órgano administrativo.
Los órganos administrativos pueden tener diferentes nombres, por ejemplo, un consejo, un comité consultivo o una junta directiva. En este artículo usaremos el término ‘junta directiva’. Los miembros de la junta directiva ofrecen liderazgo a la organización junto con la persona a cargo de la gestión de la organización. En este artículo llamaremos a esa persona ‘director(a) ejecutivo(a)’, pero él o ella puede tener otros títulos como director(a) general.
Las juntas directivas tienen la responsabilidad general. La gobernabilidad tiene que ver más con supervisar y asegurar el buen funcionamiento, que con realizar. Significa garantizar que la organización esté bien administrada, sin tener que participar en la gestión. Una junta directiva toma en cuenta lo siguiente:
- contratar y apoyar al director ejecutivo para la gestión de la labor
- el por qué existe la organización – identificar su misión, objetivo, visión y sus valores
- la labor que llevará a cabo la organización – la planificación estratégica
- los requisitos legales
- los recursos, como los financieros y los humanos
- evaluar el progreso.
¿Por qué es importante que las organizaciones tengan una junta directiva bien dirigida?
Los beneficios de una junta directiva bien dirigida son:
- Se toman mejores decisiones, porque se intercambian y se consideran cuidadosamente distintos puntos de vista.
- La organización se dirige con mayor eficacia. Dado que los miembros de la junta directiva no están involucrados en los detalles diarios de dirigir la organización, pueden tener un punto de vista más amplio de los problemas que encara la organización. Si el director ejecutivo está supervisando la labor de la organización, así como la gestión de sus operaciones, él o ella podría experimentar mucha presión y quizás no vea el panorama completo al mismo tiempo que los detalles cotidianos. Las juntas directivas liberan al director ejecutivo para que él/ella se concentre en la buena gestión de las operaciones.
Los riesgos de no tener una junta directiva bien dirigida son:
- La organización es vulnerable a la mala gestión y a un proceso deficiente de toma de decisiónes.
- Los donantes podrían retirar los fondos, si no hay una rendición de cuentas evidente que garantice que los fondos están siendo bien empleados.
- Recae demasiado poder sobre una persona. Si esa persona abusa de su poder, las personas a las cuales la organización existe para servir podrían sufrir.
Lectura adicional
ROOTS 10 – Cómo dirigir una organización
Este libro pretende ayudar a los miembros de las juntas directivas y a las personas que dirigen organizaciones cristianas de desarrollo a tomar en cuenta sus diferentes papeles y el modo en que pueden trabajar unidos para cumplir con la misión de la organización.
Está disponible en inglés, francés, español y portugués. Puede descargar una copia gratuitamente desde el sitio web de tilz, o pedir copias impresas enviando un correo electrónico a [email protected] o escribiendo a la dirección de Tearfund que aparece en la página de recursos.
El material contenido en este artículo ha sido adaptado de ROOTS 10 – Cómo dirigir una organización
Preguntas a considerer
- ¿Con qué problemas lucha nuestra junta directiva?
- ¿De qué manera nuestra cultura nacional o local y nuestra experiencia influyen sobre nuestro punto de vista respecto a la gobernabilidad?
- ¿Es buena la relación entre la junta directiva y el/la director(a) ejecutivo(a) en nuestra organización? ¿Cómo podría mejorarse?