Numerosas comunidades experimentan cambios medioambientales a lo largo del tiempo. Por ejemplo, cambios en el número de árboles, insectos y animales salvajes; cambios en la salud y los medios de vida de las personas; o cambios en la frecuencia de las inundaciones, sequías y otros desastres. Si las comunidades llevan registros locales, pueden hacer el seguimiento de los cambios y responder a ellos con más eficacia.
Esta herramienta ayuda a las comunidades a pensar sobre qué partes del medio ambiente están cambiando, decidir qué medirán y con qué frecuencia lo harán, y quién será responsable de ello