Entre el 30 y el 50 por ciento de todos los alimentos se pierden después de la cosecha. Reducir estas pérdidas después de la cosecha puede ser una manera importante para que las familias tengan mayor cantidad de alimentos disponibles para consumir y vender. Esto implica una mejor nutrición y más ingresos.
Esta herramienta sugiere qué elementos hay que considerar cuando se trata de reducir las pérdidas de los cultivos, en particular, los granos, después de que han sido cosechados.