A pesar de que las enfermedades transmisibles comunes pueden evitarse y tratarse, siguen cobrándose numerosas vidas de niños y niñas pequeños cada año, principalmente, en las regiones más pobres del mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2018, la neumonía, la diarrea y la malaria fueron la causa del 29 % de las muertes de niños y niñas menores de cinco años en el mundo.
Neumonía
La neumonía es una infección peligrosa que afecta los pulmones. Puede ser causada por una bacteria, un virus o un hongo. Cuando alguien tiene neumonía, sus pulmones están congestionados con líquidos que dificultan la respiración y causan dolor. Además, puede presentar tos y fiebre. Si la neumonía se detecta a tiempo, usualmente se la puede tratar eficazmente con antibióticos.
La neumonía es la principal enfermedad infecciosa que provoca la muerte de niños y niñas menores de cinco años. Muchas de estas muertes se relacionan con la desnutrición, el saneamiento inadecuado, un acceso deficiente a la atención de salud y la contaminación de ambientes interiores causada por hornillos y humo de cigarrillos.
Para proteger a los niños y las niñas de la neumonía, lo más recomendable es hacer lo siguiente:
- lavarse las manos con jabón de forma frecuente;
- mantener los hogares libres de humo;
- amamantar de forma temprana y exclusiva;
- brindar una buena nutrición después del destete;
- vacunar, sobre todo, contra las infecciones neumocócicas y el sarampión; y
- suministrar complementos de vitamina A.