De alguna manera, el minúsculo virus que causa el Covid-19 nos ha afectado a todos.
A finales de 2019, se dio comienzo al cierre de muchas fronteras nacionales, escuelas, redes de transporte y negocios con el propósito de detener la propagación del virus. En pueblos y ciudades, con millones de habitantes confinados en sus casas y la cancelación de eventos, reinaba el silencio. La gente empezó a temer por su salud y la de sus seres queridos. La seguridad económica y el bienestar físico y emocional de las personas se han visto afectados por la falta de disponibilidad de alimentos, la interrupción de la educación y la pérdida de empleos. Lamentablemente, han muerto muchas personas.
Durante esta pandemia, hemos sido testigos de la rapidez con la que puede transmitirse una enfermedad de una persona a otra y los efectos devastadores que ello tiene, pero también hemos visto que las comunidades pueden trabajar juntas de formas innovadoras por el bien común.
Transmisión de persona a persona
Covid-19 es una de muchas enfermedades transmisibles, cuya causa es una infección que puede pasarse de una persona a otra, a veces, aunque no haya contacto físico entre ellas. No todas las enfermedades infecciosas se propagan de esta manera; por ejemplo, el tétanos no se transmite de persona a persona.
Las enfermedades no transmisibles, como la hipertensión, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y el cáncer no son causadas por infecciones y, como su nombre lo indica, no se transmiten entre personas. Para más información sobre las enfermedades no transmisibles, consulte el número 87 de Paso a Paso.
Numerosos impactos
Como ocurre con la mayoría de los retos que enfrenta el mundo —hambrunas, guerras e inundaciones—, casi siempre los más perjudicados son las personas que se encuentran en la mayor situación de pobreza y vulnerabilidad y las que están menos informadas. Para las personas y familias que no tienen suficiente para comer, contraer una enfermedad grave, como ébola o tuberculosis, puede sumirlas aún más en la pobreza al impedirles trabajar o acceder a atención médica.
También hay otro tipo de impactos, como los siguientes:
Saturación de los centros de salud
Durante el brote de una enfermedad infecciosa como el Covid-19, los centros de salud pueden verse desbordados y tener que cancelar numerosas consultas y operaciones. En la medida de lo posible, es fundamental que las personas que tengan otras enfermedades graves, como cáncer o enfermedades del corazón, puedan seguir obteniendo diagnósticos y tratamientos oportunos. Los niños y niñas no deberían dejar de recibir sus importantes vacunas.
Salud mental
Los problemas de salud y económicos, así como tener que separarse de los miembros de la comunidad o de la familia, pueden tener un impacto negativo en la salud mental de una persona. Si la persona ya padece enfermedades, estas pueden empeorar, o la persona puede comenzar a presentar trastornos de ansiedad, depresión u otras afecciones.
Abuso
El tener que quedarse en sus casas por períodos prolongados de tiempo puede exponer tanto a niños y niñas como a adultos a un mayor riesgo de abuso. Con el cierre de las escuelas, los lugares de trabajo y otros espacios seguros, dicho abuso puede pasar inadvertido.
Estigma
Las enfermedades infecciosas graves suelen dar lugar a estigma, en particular, si en las comunidades no existe una comprensión clara de la enfermedad, como ocurre con el ébola y el Covid-19. Las noticias falsas, las teorías conspirativas y la hostilidad hacia las personas que intentan ayudar a combatir la enfermedad suelen empeorar la situación. El rechazo que sufren las personas que se enferman puede ser peor que la enfermedad misma.
Respuesta
En tiempos de crisis, las comunidades suelen organizarse de maneras creativas para prestarse ayuda mutua y proteger a los más vulnerables. Al enfrentar juntos una amenaza común, se forman nuevas alianzas.
Por ejemplo, el Covid-19, que ha afectado prácticamente a todos los países del mundo, ha generado la cooperación —no la competencia— de sociedades y científicos, lo que acelera el desarrollo de nuevos sistemas y soluciones médicas. Se espera que esto fomente la confianza y la cooperación a largo plazo en los planos nacional e internacional.
En toda sociedad, hay ciertos grupos de personas que no solo prestan asistencia durante tiempos de crisis, sino que están en una buena posición para liderar y ayudar a moldear el futuro.
Emprendedores sociales
Este es un grupo numeroso y creciente de personas que surgen como líderes e innovadoras durante las crisis. Sus iniciativas comunitarias de asociación, de creación de grupos, clubes y emprendimientos son una fuente de apoyo, coraje y esperanza.
Grupos religiosos
En tiempos difíciles, en prácticamente todas las comunidades del mundo, personas de distintas religiones suelen unirse en son de cooperación, amistad y entendimiento mutuo. Esto fue lo que sucedió durante la epidemia de ébola en África occidental, donde las intervenciones de los líderes religiosos fueron fundamentales en la aceptación de la existencia de la enfermedad en las comunidades.
Los grupos religiosos pueden prestar un valioso apoyo a los Gobiernos y, a la vez, exigirles cuentas. De esta forma, están en una buena posición de ayudar a los países y a las comunidades a ser menos dependientes de la asistencia externa a largo plazo.
El papel de la iglesia
En nuestra calidad de miembros y líderes de congregaciones, tenemos la oportunidad de apoyar a las personas afectadas por las enfermedades infecciosas. Pero debemos tener cuidado de no hacer más mal que bien.
- Una enfermedad no debe ser un factor para juzgar a personas, comunidades o países. Jesús específicamente da razones para no hacerlo (p. ej., en Juan 9).
- No debemos creer que la oración por sí sola reemplazará a la ciencia y garantizará una cura. Dios protege y sana, y la oración ayuda. No obstante, somos sus manos y pies, y es fundamental que hagamos nuestra parte, siguiendo los consejos de los expertos y dando el ejemplo.
Podemos encontrar formas gentiles de guiar con compasión, bondad y amor. No solos, sino a la par de los demás, profesen o no una religión. Cuando nos involucramos en nuestras comunidades para brindar apoyo a los demás durante tiempos de gran necesidad, podemos de verdad ser sal y luz, como Jesús nos enseñó en el Sermón del monte (Mateo 5:13–16).
Palabras finales
Mis tres palabras finales son bondad, cooperación y creatividad. Ante todo, debemos ser bondadosos, trabajar juntos con alegría, y considerar creativamente y en oración cómo construir comunidades fuertes y sanas.