Hambre y salud

Compartir una comida con otras personas es una experiencia humana muy común que nos conecta y nos brinda un sentido de pertenencia y, además, nos provee energía física y nutrientes. Pero ¿cómo pueden ayudarse los miembros de una comunidad cuando no hay suficientes alimentos para todos? 

Esta es una cuestión urgente en muchos países hoy en día, y una que me estuve preguntando recientemente durante una visita a Etiopía, donde la peor sequía en 40 años está provocando una crisis alimentaria.

Las tasas de hambre en el mundo han aumentado rápidamente en los últimos años debido a una combinación de factores como los conflictos, el cambio climático, las consecuencias económicas del Covid-19 y el alza en los precios de los alimentos. Según el Programa Mundial de Alimentos, aproximadamente una de cada diez personas no tiene suficientes alimentos para satisfacer sus necesidades nutricionales. Los niños y las niñas están frente a un riesgo particular, pues según Unicef, en la actualidad, cerca de 200 millones de niños y niñas se ven afectados por la malnutrición. 

Podemos sentirnos impotentes ante tales necesidades de gran magnitud, es evidente que se necesita una intervención a escala mundial. Sin embargo, las acciones locales dirigidas por la comunidad pueden reducir de forma significativa el impacto del hambre y la malnutrición en las personas y los hogares. 

Acciones comunitarias

Los grupos comunitarios pueden ayudar de diferentes maneras. El primer paso es averiguar cuáles son los factores locales que más contribuyen al hambre y a la malnutrición. 

Entre ellos, podrían destacarse los siguientes:

• la inseguridad alimentaria, cuando el suministro de alimentos es inestable o muy costoso, tal vez debido a los conflictos, las malas cosechas o los desastres
• el desconocimiento de los principios nutricionales, en particular, en relación con la alimentación de bebés y niños y niñas
• el acceso inadecuado al agua, el saneamiento y la atención de salud, lo que causa enfermedades e impide que el cuerpo pueda absorber nutrientes esenciales.

Sobre la base de este análisis, los grupos comunitarios podrían emprender acciones en una o más de las siguientes áreas: 

• Incidencia: Las comunidades saben qué es lo que se necesita en sus contextos para abordar la inseguridad alimentaria y la malnutrición. Los representantes de la comunidad pueden aprovechar este conocimiento en su trabajo de incidencia con el fin de obtener el apoyo del Gobierno local y nacional, los servicios de atención de salud y las organizaciones no gubernamentales, entre otros actores.

  Para obtener más información sobre acciones comunitarias eficaces de incidencia, consulte Paso a Paso 118.

• Difundir información: Lo más adecuado es que los miembros de la comunidad brinden asesoramiento sobre salud y nutrición, puesto que ellos saben cuáles son los alimentos disponibles y las presiones que enfrenta la comunidad.

  Los miembros de la comunidad pueden aconsejar sobre cuestiones clave, como en qué consiste una buena nutrición durante el embarazo, qué alimentos deben consumir los niños y las niñas menores de dos años, cómo apoyar la lactancia, el adecuado lavado de manos y uso de letrinas, huertos familiares y cómo conservar y preservar los alimentos para evitar su desperdicio.

• Conectar a las personas con los servicios: La atención inmediata a los niños y niñas con malnutrición aguda salva vidas. Los trabajadores comunitarios de la salud y los familiares pueden aprender a detectar los síntomas de la malnutrición infantil y derivar a los niños y niñas que necesitan atención al centro de salud más cercano.

  Las poblaciones rurales o los padres y las madres que tienen muchos hijos pueden verse en dificultad para llegar a los centros de distribución de alimentos o los centros de salud. En estos casos, es fundamental organizar el transporte o que alguien se quede al cuidado de los niños y las niñas.

• Acción participativa: Los grupos comunitarios pueden ayudar a las personas a decidir cómo utilizar la tierra, los alimentos y los recursos disponibles de la forma más eficiente posible.

  Los grupos de autoayuda brindan oportunidades para que sus integrantes se apoyen entre sí y ahorren pequeñas sumas de dinero. Estos ahorros luego pueden utilizarse para comprar alimentos durante períodos de sequía u otras emergencias.

Malnutrición

No consumir la cantidad suficiente de alimentos adecuados en el momento oportuno conduce a la malnutrición y debilita la resistencia a las infecciones. Un niño o una niña malnutrido tiene más posibilidades de contraer infecciones respiratorias, diarrea y enfermedades como malaria, y es mucho más probable que muera a causa de ellas.

La malnutrición infantil puede prevenirse al fomentar la lactancia materna, garantizar que las niñas y los niños pequeños reciben suficientes alimentos nutritivos y mejorar el acceso a agua potable y saneamiento.

Las enfermedades y los parásitos intestinales debilitan la capacidad del organismo de absorber nutrientes. Es por ello que las vacunas contra las enfermedades que comúnmente se presentan en la infancia y el tratamiento oportuno de los parásitos también son muy importantes.

Medición de la malnutrición

Para verificar si un niño o una niña presenta un peso adecuado a su edad y está creciendo según lo esperado, se suele utilizar una gráfica. Sin embargo, cuando no se dispone de balanzas y gráficas, se suele utilizar un cinta métrica con franjas de colores conocida como cinta «MUAC» (por sus siglas en inglés). Esta es una cinta para medir la circunferencia media del brazo.

La cinta se envuelve alrededor del brazo medio superior del niño o niña y permite determinar de forma rápida y sencilla si presenta malnutrición. Esto es algo que fácilmente pueden aprender a hacer los trabajadores comunitarios de la salud, los papás y las mamás y los hermanos o las hermanas mayores. La cinta también sirve para verificar si las personas adultas presentan malnutrición.

La hinchazón puede ser un signo de malnutrición aguda grave en niños y niñas. Una forma de verificarlo es aplicar presión normal con los pulgares sobre cada pie del niño o niña durante unos tres segundos. Si la piel permanece marcada durante unos segundos después de retirar los pulgares, el niño necesita atención médica de emergencia.

Tratamiento de la malnutrición

La malnutrición aguda debe ser evaluada por un trabajador de la salud. Los casos más graves deben tratarse con una pasta especial a base de cacahuate (maní) rica en calorías. En los casos menos graves, se pueden usar alimentos de alto valor energético, como papillas de cereales o legumbres.

Si se presentaran complicaciones, como infección o hinchazón, la persona necesita recibir atención en un centro de salud u hospital, donde le suministren alimentos energéticos, antibióticos y otros cuidados.

Definiciones

• Nutrientes: Sustancias esenciales que se encuentran en los alimentos, y que son necesarias para una buena salud y un buen funcionamiento del organismo.
• Nutrición: El proceso del cuerpo de ingerir alimentos y absorber la energía y los nutrientes que estos contienen.
• Malnutrición: Cuando el organismo no recibe la cantidad adecuada de los nutrientes necesarios. La malnutrición afecta, en particular, a niños y niñas menores de cinco años y a mujeres embarazadas y lactantes dada la alta cantidad de energía que necesitan.
• Malnutrición aguda: Pérdida súbita de peso debido a una repentina falta de alimentos nutritivos. Los niños y las niñas con malnutrición aguda tienen un bajo peso para su altura. La malnutrición aguda se puede clasificar en moderada o grave.
• Malnutrición crónica: Pérdida de peso debido a una escasez de alimentos prolongada. Los niños y las niñas con malnutrición crónica suelen ser de baja estatura para su edad. La malnutrición crónica puede tener consecuencias a largo plazo, como una menor capacidad de aprendizaje escolar.
• Perimetro del brazo medio superior (uso de la cinta MUAC): Una manera rápida y sencilla de determinar el grado de malnutrición en niños y niñas de seis meses a cinco años utilizando una cinta de varios colores para medir el perimetro del brazo superior.