Por lo general, la responsabilidad de los quehaceres domésticos recae más en las mujeres que en los hombres. Este es particularmente el caso en zonas rurales, donde las mujeres pasan mucho tiempo recogiendo leña, preparando comida, cocinando y limpiando.
El acceso a la electricidad tiene el potencial de reducir el tiempo que las mujeres y las niñas pasan realizando estas tareas y podría permitirles dedicarse a otras actividades, como estudiar, emprender pequeños negocios o tener tiempo libre.
No obstante, en lugar de suponer lo que quieren las mujeres, es mucho más importante preguntarles cuáles son sus prioridades en cuanto a la electricidad y que se involucren plenamente en el desarrollo y la implementación de los proyectos de electrificación.
Estudio en Myanmar
Mediante una combinación de grupos focales, entrevistas y encuestas, la organización local Spectrum les pidió a mujeres y hombres de 11 pueblos de Myanmar que compartieran sus opiniones sobre la electricidad.
Las personas encuestadas observaron cinco áreas que se verían beneficiadas y que las mujeres priorizaron en el siguiente orden: educación, trabajo doméstico (tareas del hogar y cuidado de los niños y las niñas), actividades comerciales, esparcimiento y cocina.
1. Educación
El principal motivo por el que las mujeres desean tener acceso a electricidad es la mejora en la educación de sus hijos, por ejemplo, la oportunidad de estudiar por la noche. Por el contrario, solo el 25 % de los hombres mencionó este punto como una ventaja clave.
2. Trabajo doméstico
Un tercio de las mujeres y el 10 % de los hombres mencionaron el trabajo doméstico. Entre los ejemplos brindados mencionaron, limpiar, planchar y cuidar de la salud y las necesidades de higiene de los niños y las niñas. Muchas mujeres afirmaron que el alumbrado público brindará más seguridad a la hora de llevar a sus hijos al hospital de noche.
3. Actividades comerciales
Entre las personas que no contaban con electricidad, el 36 % de las mujeres y el 54 % de los hombres querían utilizarla para emprender algún negocio.
La mayoría de los hombres quería emprender actividades comerciales con un alto consumo de electricidad, como la carpintería, soldadura e imprenta. Por el contrario, las actividades comerciales mencionadas por las mujeres estaban más relacionadas con tareas que ya realizan, como la agricultura o la preparación de alimentos para la venta. En el caso de muchas mujeres, lo único que necesitaban era el tiempo de trabajo extra que podrían tener si dispusieran de luz.
4. Esparcimiento
Tanto los hombres como las mujeres manifestaron que el esparcimiento era un beneficio clave: más del 25 % dijo que disfrutaría ver televisión, escuchar la radio, socializar y comprar artículos de lujo, como bebidas frías.
Sin embargo, la encuesta también reveló que el uso de la electricidad para fines de ocio suele ser un beneficio del que solo gozan las personas de mayores recursos.
5. Cocina
La oportunidad de dejar de usar métodos de cocina basados en leña suele considerarse un beneficio particularmente importante de la electricidad porque libera tiempo que puede dedicarse a otras actividades, mejora la salud al reducir la inhalación de humo y reduce la deforestación.
Sin embargo, si bien las mujeres hablaron mucho de su deseo de contar con luz en sus cocinas, muy pocas de ellas afirmaron querer utilizar cocinas eléctricas. Muchas pensaban que sus comidas no serían tan buenas o que las cocinas eléctricas no les permitirían hacer otros quehaceres al mismo tiempo.
Necesidades diferentes
Es claro que los hombres y las mujeres en Myanmar tienen diferentes necesidades y prioridades en lo que respecta a la electricidad y es muy probable que lo mismo suceda en la mayoría, si no en todas, las comunidades del mundo.
Por lo tanto, es esencial que los miembros de la comunidad cuyas opiniones no se suelen tener en cuenta (por ejemplo, las mujeres, los niños y las niñas y las personas con discapacidad) participen plenamente en la toma de decisiones sobre proyectos de electricidad y otras fuentes de energía, como el biogás. De lo contrario, las personas que más se beneficien serán probablemente aquellas con mayores recursos e influencia en la sociedad, dejando incluso más rezagados a los habitantes más vulnerables.