En la provincia de Congo Central en la República Democrática del Congo, las orugas comestibles son una exquisitez y se han recolectado durante generaciones. Estos insectos son ricos en proteínas, grasas y micronutrientes de alta calidad, y pueden venderse en el mercado para ganar dinero.
No obstante, un gran número de los árboles y las plantas que las orugas necesitan para sobrevivir han sido eliminados durante el desmonte provocado por la extracción de madera, la agricultura de tala y quema, y la producción de carbón. Las cifras de orugas han disminuido y algunas especies han desaparecido por completo. Las comunidades que antes dependían de la recolección de orugas y de otros productos forestales como fuente de alimentación y de ingresos presentan altos niveles de malnutrición entre los adultos, los niños y las niñas.
Para abordar este problema, la sección congoleña del Ejército de Salvación colabora con la organización local Songa Nzila para mejorar la disponibilidad de orugas mediante la reforestación y la cría de este insecto. Las orugas son económicas de producir y en su proceso de reproducción y cría puede incluir tanto a mujeres y niños y niñas, como a personas con discapacidad.
Nuevas habilidades
Con el apoyo de los ancianos de las aldeas, cada comunidad establece un comité de gestión de orugas. Estos comités aprenden a criar orugas y cultivar los árboles que estos insectos necesitan como fuente de alimentación y protección. Los miembros de los comités luego transmiten estos conocimientos a otras personas de la comunidad.