Los niños y las niñas no deberían estar solos. Deberían ser criados en familias donde crezcan con amor y estímulo, de las que se sientan parte y en las que aprendan habilidades importantes para la vida.
Sin embargo, muchos niños y niñas de todo el mundo se encuentran solos por distintos motivos. Algunos son separados de su familia por las guerras, los desastres naturales, la violencia doméstica y la trata de personas. Otros quedan huérfanos. Los niños y las niñas que no tienen un hogar son particularmente vulnerables a las enfermedades, el estrés emocional, el hambre y el abuso.
Cómo ayudar
El primer paso es cubrir las necesidades básicas del niño o niña: alojamiento seguro, alimentos nutritivos, ropa y atención de salud. Los niños y las niñas deben ser protegidos del abuso, el abandono y la exposición a la violencia.
Los siguientes aspectos también son muy importantes para que los niños y las niñas se desarrollen tanto física como emocionalmente.
Dar amor
El amor incondicional de un padre, una madre o de la persona encargada de su cuidado proporciona a los niños y las niñas una sensación de seguridad y pertenencia, incluso cuando otras áreas de su vida son más inestables. Los niños y las niñas deben saber que el amor que reciben no depende de sus logros, sino que son valorados y amados por quienes son.
Estar disponible
Los niños y las niñas necesitan sentir que se les escucha y que pueden contar con alguien cuando se enfrentan a dificultades en la vida. El tiempo es uno de los mejores regalos que se le puede dar a un niño o niña.
Tener paciencia
El comportamiento de los niños y las niñas a veces puede ser muy problemático, pero es importante que las personas responsables de su cuidado controlen su enojo e intenten responder de forma medida y adecuada. Los límites claros ayudan a los niños y las niñas a desarrollarse y alcanzar su pleno potencial de forma segura. Cuando los niños y las niñas sobrepasan estos límites, las personas responsables de su cuidado deben responder con calma y coherencia.
Jugar
Los niños y las niñas juegan porque es divertido, pero el juego también es clave para su aprendizaje y desarrollo. Jugar los ayuda a aprender nuevas habilidades y comunicarse, así como a adquirir confianza y fuerza física, relacionarse con otras personas, y descubrir cosas sobre sí mismos y el mundo.
Estimular
Cuando sea posible, las personas responsables de su cuidado deben responder a las nuevas capacidades de los niños y las niñas, animándolos a desarrollar nuevas habilidades y a adoptar pasatiempos. Es importante elogiarlos por sus logros, no criticarlos.
Dar oportunidad
Todos los niños y las niñas deberían tener la oportunidad de ir a la escuela y aprender las habilidades que necesitan para convertirse en adultos independientes.
Un acto de adoración
La Biblia habla del deseo de Dios de «habitar en familia a los solitarios» (Salmo 68:6) y nos recuerda que «La religión pura e incontaminada delante de Dios y Padre es esta: cuidar a los huérfanos y a las viudas en su aflicción» (Santiago 1:27). Es un acto de adoración abrir nuestro hogar a las personas vulnerables en respuesta al amor y la gracia de Dios en nuestra vida.