Gestión del agua
Contar con una infraestructura hídrica, como grifos comunitarios, es tan solo uno de los aspectos del servicio de abastecimiento de agua. Para hacer que el agua fluya en los pozos, los grifos y las bombas manuales, es necesario contar con estructuras de gestión del agua eficientes para su funcionamiento normal y el desarrollo de tareas de mantenimiento, entre ellas, las reparaciones más complejas.
El agua se gestiona de diferentes maneras en distintas partes del mundo; entre las que cabe mencionar las siguientes:
- autoabastecimiento para los hogares, donde las familias tienen acceso a suministro de agua en su propio terreno (por ejemplo, pozo o tanque de aguas lluvias) y son personalmente
- responsables de su mantenimiento y reparación, o le pagan a alguien para que se encargue de dichas actividades
- no se cuenta con una estructura fija de gestión colectiva, donde las decisiones acerca de cómo hacer y pagar las reparaciones solo las toman grupos de usuarios cuando algo se avería
- gestión comunitaria, donde la comunidad cuenta con una estructura, por lo general, manejada por personas voluntarias, que puede incluir recolectar pagos regulares por el acceso al agua en función del uso o cuando deba realizarse un arreglo
- gestión formal, donde las personas pagan un determinado monto a una organización (local, regional o nacional), que es responsable de proporcionar un servicio de agua.
Si bien algunos arreglos pueden ser bastante sencillos, como cambiar partes gastadas en una bomba, se hace necesario depender de personas que poseen las habilidades y las herramientas necesarias cuando corresponda. Y la gran cantidad de puntos de abastecimiento de agua en el mundo que no funcionan demuestra que la gestión comunitaria que depende de personas voluntarias a menudo no es una buena solución.
El negocio del agua
En respuesta a esto, un número creciente de comunidades está comenzando a utilizar enfoques empresariales para mejorar la seguridad y confiabilidad de los servicios de agua. Estos enfoques suelen incluir los siguientes aspectos:
- la contratación de personal capacitado y remunerado;
- acuerdos legales, de políticas y rendición de cuentas claros entre el proveedor de servicios de agua, la autoridad del sector del agua (por lo general, un departamento del Gobierno) y los usuarios.
A veces, una comunidad puede decidir usar contratistas para mantener el abastecimiento del agua y arreglar problemas relacionados con el suministro. Por ejemplo, la diócesis católica de Lodwar, en Kenia, creó un plan de seguro para que las comunidades abonen una suma anual y la diócesis emplea personal técnico para realizar el trabajo.
A los pozos con bombas de agua manuales se les aplica una suscripción anual de aproximadamente 50 dólares estadounidenses, y a las bombas a motor, aproximadamente 100 dólares estadounidenses. Si el costo de una reparación supera los 300 dólares, la comunidad debe abonar el treinta por ciento del costo, y la diócesis paga el resto.