Una entrevista con Rajan Samuel y Mathew Titus.
¿Cómo puede el crédito ayudar al pobre en su desarrollo integral?
Rajan Samuel: Creo que es mediante la restauración de la dignidad y la esperanza. Una vez que la persona pobre lleva a cabo una actividad con un préstamo, vemos un cambio en toda su actitud. Por ejemplo, cuando ofrecemos crédito a mujeres para comenzar un pequeño negocio, se produce un cambio en su posición social. Debido a que salen y obtienen un salario, suelen ser más aceptadas en la familia. Muchos de los hombres, también, dicen que antes eran menospreciados y vistos como inútiles. Pero ahora pueden ser dueños de su propia empresa, tener acceso a recursos y enviar a sus hijos a la escuela. Esto les da dignidad y confianza, las que a su vez tienen un impacto positivo en otras áreas de sus vidas.
Mathew Titus: Una de las cosas que debe reconocerse es la necesidad de dinero en circulación que hay en las comunidades pobres. Mucha gente pobre en las ciudades gana justo lo suficiente para comer y cubrir los costos de la educación de sus hijos, la ropa y otros gastos. Técnicamente un hombre podría no estar debajo del nivel de pobreza, pero al surgir una emergencia, si se enferma o pierde su trabajo, entonces – ¡bum! él y su familia se van para abajo. Las necesidades de efectivo entre los pobres son muy ajustadas; oscilan entre la pobreza extrema y la sobrevivencia. Es ahí donde yo creo que entra en juego el crédito. Ayuda a la gente a establecer un pequeño negocio que genere un ingreso seguro. Esto significa que no se hundirán la próxima vez que confronten una emergencia.
Es por eso que el crédito no es sólo para algunas actividades económicas en particular, sino que puede afectar hasta la supervivencia de la persona.
¿Se puede confiar en que las personas pobres utilicen el crédito que se les otorga?
Rajan Samuel: ¡Sí! Cuando damos un préstamo a los pobres, entramos en una relación de convenio basado en principios de confianza y disciplina. Esperamos confianza y disciplina en nuestra relación con los pobres. Los recursos son de Dios y encargamos estos recursos a los pobres; en nuestra experiencia los pobres han demostrado ser buenos mayordomos de los recursos de Dios.
Mathew Titus: Los pobres son personas más que confiables. Cuidan los superávits. Toman decisiones que probablemente ni nosotros tomaríamos. Los he visto perder todos sus ahorros al condonar la deuda de alguien que falleció y que no les podía devolver su dinero. La verdad es que yo tendría que pensarlo dos veces si alguien me pidiese que perdiera el 20% de mis ahorros porque se los había prestado a alguien que murió de tuberculosis. Es realmente una decisión muy grande decir: ‘Bueno, no importa; ella estaba enferma y necesitaba ese dinero.’
La actitud de los pobres hacia el dinero me ha enseñado mucho sobre mi propia actitud hacia el dinero.Ellos no perciben la riqueza como una base para determinar quienes son. Por eso, creo que han sido más que confiables. Ellos han sabido responder a las vidas y las necesidades de otras personas.
¿Y qué piensa sobre el cobro de intereses en los préstamos otorgados a personas pobres?
Rajan Samuel: Pienso que tendríamos que hablar con los pobres sobre la tasa de interés la cual puede variar de una persona a otra. Deberíamos cobrar por el servicio que brindamos y no interés sobre el préstamo.
Mathew Titus: En el momento en que se le dice a alguien que se le está dando el dinero gratuitamente porque ha sido un fracasado en su vida y porque nunca lo podría devolver, se está afectando su motivación para devolverlo. Sin embargo, si se le dice a alguien que se le está ofreciendo un préstamo porque uno cree que es capaz y tiene la posibilidad de devolverlo, no a la misma tasa que cobraría un prestamista sino que a una tasa decente, posible y factible, uno se está acercando a esa persona con esperanza.
Rajan Samuel es Director de la Unidad de Desarrollo de la Pequeña Empresa y Finanzas en EFICOR, Delhi, India.
Mathew Titus es Director de Sharan – Society Serving the Urban Poor, Delhi, India.
Reproducido de la revista Drishtikone.